Un científico estadounidense recuperó 13 de las 200 secuencias del coronavirus hallado en Wuhan que habían sido eliminadas “sospechosamente”

  24 Junio 2021    Leído: 453
Un científico estadounidense recuperó 13 de las 200 secuencias del coronavirus hallado en Wuhan que habían sido eliminadas “sospechosamente”

Jesse Bloom las encontró mientras buscaba archivos almacenados en la nube de Google. Habían desaparecido de la base de datos científica el año pasado.

Un investigador estadounidense aseguró que, mientras buscaba archivos almacenados en la nube de Google, logró recuperar hasta 13 secuencias del coronavirus que habían desaparecido de la base de datos de forma misteriosa el año pasado.

Según el diario The New York Times, hace aproximadamente un año, las secuencias genéticas de más de 200 muestras del virus de los primeros casos de COVID-19 en Wuhan (China) desaparecieron de una base de datos científica en internet.

Ahora, al conectar archivos almacenados en la nube de Google, un investigador en Seattle (Estados Unidos) afirmó que ha recuperado 13 de esas secuencias originales, lo que añade datos para discernir cuándo y cómo el virus pudo haberse propagado desde un murciélago u otro animal a los humanos, según The New York Times.

El nuevo análisis, publicado el martes, refuerza las teorías de que una variedad de coronavirus pudo haber estado circulando en Wuhan antes de los brotes iniciales vinculados a los mercados de animales y mariscos en diciembre de 2019.

Mientras la administración del presidente de EEUU, Joe Biden, investiga los orígenes controvertidos del virus, conocido como SARS-CoV-2, este estudio no refuerza ni descarta, de momento, la hipótesis de que el patógeno se filtró de un famoso laboratorio de Wuhan.

Pero plantea preguntas sobre por qué se eliminaron las secuencias originales y sugiere que puede haber más revelaciones que pueden ser recuperadas de “los rincones más recónditos” de Internet, precisa The New York Times.

“Este es un gran trabajo de detective sin duda, y avanza significativamente en los esfuerzos para comprender el origen del SARS-CoV-2”, declaró al diario estadounidense Michael Worobey, biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona, quien no ha participado en este estudio.

Jesse Bloom, el virólogo del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson que desarrolló este informe, calificó la eliminación de estas secuencias como sospechosas.

“Parece probable que las secuencias fueran eliminadas para ocultar su existencia”, escribió en su informe, que aún no ha sido revisado por sus colegas ni publicado en una revista científica, de acuerdo al diario.

Bloom y Worobey pertenecen a un grupo independiente de científicos que han pedido más investigaciones sobre cómo comenzó la pandemia.

En una carta publicada en mayo, ambos se quejaron de que no había suficientes datos para determinar si era más probable que el virus se propagara desde un laboratorio o saltara a los humanos por contacto con un animal infectado fuera de esa instalación.

Mientras Bloom revisaba los datos genéticos del coronavirus que habían sido publicados por varios grupos de investigación, se encontró con un estudio de marzo de 2020 en una hoja de cálculo que incluía información sobre 241 secuencias genéticas recopiladas por científicos de la Universidad de Wuhan.

Esa hoja de cálculo había sido subida a una base de datos en línea llamada Sequence Read Archive, administrada por la Biblioteca Nacional de Medicina del gobierno de EE.UU.

Pero cuando Bloom buscó las secuencias de Wuhan en la base de datos a principios de este mes, ya no “encontró ningún elemento”.

Desconcertado, volvió a la hoja de cálculo en busca de más pistas y realizó una profusa investigación, cita el diario neoyorquino, y no halló respuesta al hecho de por qué las secuencias se habían subido al Sequence Read Archive y habían desaparecido más tarde.

No obstante, el experto ha logrado recuperar 13 de esas secuencias extraviadas en la nube y, tras combinarlas con otras publicadas de los primeros coronavirus, mantiene la esperanza de avanzar en la construcción del árbol genealógico del SARS-CoV-2.

infobae


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