Lo que queda muy claro es que a los mercados les ha sentado bien resolver la incógnita presidencial, y han aprovechado para poner en marcha un “rally” que dura ya casi un mes, y que además de estar apoyado en la resolución de esa incertidumbre, tiene raíces —como nos explicó Pereyra— en los buenos fundamentales que muestra la economia últimamente y desde luego en los buenos resultados empresariales, que tras cinco trimestres teniendo beneficios por debajo de los alcanzados un año atrás en el tercer trimestre de 2016 se han dado la vuelta, mejorando una media del 3,2%.
Parece claro que 2017 sera un año con más crecimiento que 2016 en Estados Unidos. Pero además la presidencia de Trump gastará más en defensa e infraestructuras, recortará impuestos, y relajará algunas regulaciones financieras, y eso gusta de momento al mercado, pero es claramente un escenario inflacionario, que nos dará también sus dolores de cabeza.
Aunque como siempre hay que “prepararse para lo peor, pero esperar lo mejor”.
CNN.es
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