Nueva York abrió Little Island, un oasis de casi una hectárea que flota sobre el río Hudson

  22 Mayo 2021    Leído: 455
Nueva York abrió Little Island, un oasis de casi una hectárea que flota sobre el río Hudson

El nuevo parque público está instalado sobre una plataforma de arquitectura monumental, formada por 132 “tulipanes” de cemento que emergen del agua y forman relieves a semejanza de una hoja flotante. Habrá espectáculos de música, danza, teatro y comedia.

Nueva York volvió a sentir la emoción de las aglomeraciones turísticas este viernes en la esperada apertura de Little Island, un oasis de casi una hectárea que flota sobre el río Hudson y que ha tardado siete años en erigirse desde que lo ideó el magnate mediático Barry Diller, su principal financiador.

Desde las 6 de la mañana, cuando abrió sus puertas casi por sorpresa, cientos de neoyorquinos se acercaron a explorar este nuevo parque público instalado sobre una plataforma de arquitectura monumental, formada por 132 “tulipanes” de cemento que emergen del agua y forman relieves a semejanza de una hoja flotante.

Se trata de un jardín de las delicias “abierto a todos” y “un regalo a Nueva York para que la gente tenga acceso a una combinación de naturaleza y arte”, con actuaciones -que serán generalmente gratuitas- de música, danza, teatro o comedia, explicó la coordinadora ejecutiva de Little Island, Jessie Long.

El parque viene a revitalizar un muelle que fue devastado por el huracán Sandy en 2012 y que tiene un fuerte componente histórico, ya que a principios del siglo pasado fue la terminal que acogió a los supervivientes del Titanic y décadas después fue un vibrante foco musical y de la comunidad LGBT, antes de entrar en declive.

Con 350 especies de flores, árboles y arbustos repartidos entre colinas y explanadas verdes con vistas a Manhattan, a las que se añade una plaza con “food trucks” y un anfiteatro con vistas al atardecer que estrenará programación en junio, la Gran Manzana sumó hoy un incentivo más a su reapertura planeada para el verano.

“Espero que Little Island sirva como un oasis enigmático para cualquiera que lo visite, un lugar donde dar un paseo y quedar felizmente sorprendido con cada vuelta, recostarse y pacer en el paisaje, y ser entretenido, educado y estimulado por nuestra programación”, dijo en un comunicado Diller, uno de los fundadores de la Fox.

Y es que su “pequeña isla” es la guinda del Hudson River Park, un parque fluvial de más de seis kilómetros que baña el oeste de Manhattan y cuyo consorcio gestor decidió contar en 2014 con el empresario multimillonario para una colaboración público-privada que no ha estado exenta de oposición y casi acabó en un cajón.

El proyecto enfrentó problemas legales por su impacto ambiental sobre el ecosistema acuático y por una supuesta falta de transparencia, alegados especialmente por el magnate Douglas Durst, desarrollador de varios conocidos rascacielos neoyorquinos y que generó titulares sobre una batalla de titanes.

Finalmente, el presidente del conglomerado de internet IAC aportó 260 millones de dólares al proyecto y un compromiso financiero de otros 160 millones para mantenerlo las próximas dos décadas a través de la fundación filantrópica que dirige junto a su esposa, la diseñadora de moda Diane Von Furstenberg.

El diseño estuvo a cargo del arquitecto británico Thomas Heatherwick, creador de la polémica escultura turística The Vessel, una compleja escalera en espiral de brillos metalizados y 45 metros de altura que conduce a ninguna parte en el centro del lujoso y cercano barrio de Hudson Yards.

Los Diller-Furstenberg, que tienen mucha influencia en la zona oeste de Nueva York, se han involucrado como mecenas en importantes atracciones turísticas como el High Line, el Whitney Museum o el Museo de la Estatua de la Libertad, dicen, porque aman el “arte y los espacios públicos” y son “afortunados de tener recursos”.

Habrá espectáculos gratuitos desde junio y ya funciona un patio de comidas
En declaraciones al medio económico CNBC, Diller se mostró optimista por contribuir al resurgimiento en el que fue el epicentro de la pandemia: “Durante un año esto estaba desierto. Parecía que una explosión nuclear se había llevado a los humanos. Ahora salimos de esto y se ve en las calles: la gente está feliz. Estoy feliz”, dijo.

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