Se señala que una parada tan prolongada se debe a la modernización de la segunda unidad de potencia de la central nuclear.
Central nuclear de Metsamor
La central nuclear de Metsamor, la única que posee Armenia, fue calificada en su día como «un peligro para toda la región» por un enviado de la Unión Europea que trataba de negociar -en vano- el cierre de la instalación. La frase data del año 2004, cuando los por entonces 25 miembros de la UE intentaban convencer a las autoridades del país de que clausuraran la central, construida en 1976 por la URSS en una zona de alto riesgo sísmico.
El complejo proporciona cerca del 40% de la energía que consume esta pequeña exrepública soviética de algo más de tres millones de habitantes y es considerado en el país un símbolo de progreso y orgullo nacional. Estos motivos llevaron al gobierno armenio a dar largas a la UE y a rechazar su ayuda de 100 millones de euros a cambio del cierre. Poco después, el presidente Serzh Sargsyan ordenó la prolongación de su actividad hasta 2010. Resulta innecesario recordar que aún continúa en funcionamiento. Es más; las autoridades armenias preparan la instalación de un nuevo reactor para el año 2020.
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