El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, autorizó para que todas las representaciones diplomáticos del país norteamericano en el mundo (embajadas y consulados) tengan también la bandera LGBTQ en el mismo asta que la de Estados Unidos para mostrar su apoyo a los derechos del movimiento, según informó la revista Foreign Policy.
La decisión representa un cambio con respecto a la gestión del asunto por parte del expresidente Donald Trump mientras el Departamento de Estado estaba dirigido por Mike Pompeo.
En un cable confidencial revisado por Foreign Policy y enviado a representaciones diplomáticas estadounidenses en el extranjero, Blinken autorizó para que los funcionarios en los distintos países ondeen la bandera del Orgullo antes del 17 de mayo, que marca el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, así como en junio, que en Estados Unidos y muchos otros Estados es el mes del Orgullo.
El cable decía que la autorización no es un requisito y que los jefes de misión que dirigen cada embajada o consulado pueden elegir si ondear la bandera o mostrar otros símbolos que demuestren el apoyo a los derechos LGBTQ en función de lo que sea “apropiado a la luz de las condiciones locales”, según Foreign Policy.
Agregar la bandera del Orgullo en las embajadas de Estados Unidos fue un tema que generó debate durante la administración Trump, cuando el Departamento de Estado bloqueó las solicitudes de las representaciones para ondear la bandera en el mismo asta que la del país norteamericano. A los diplomáticos se les informó que podían exhibir los símbolos del Orgullo en otros sitios de las embajadas.
En 2019, el por entonces vicepresidente Mike Pence defendió la medida. En declaraciones a NBC News afirmó que “cuando se trata del asta de la bandera estadounidense y de las embajadas y capitales estadounidenses en todo el mundo, sólo una bandera estadounidense ondea”.
La embajada de Estados Unidos en Corea del Sur, por ejemplo, exhibió una gran bandera del Orgullo en su fachada, en lugar de en un asta. Luego retiró la bandera al mismo tiempo que el Departamento de Estado le ordenó quitar una pancarta de Black Lives Matter.
Todas las misiones diplomáticas de EE.UU. necesitan la aprobación previa por escrito de los altos cargos del Departamento de Estado en Washington para izar cualquier bandera en el mismo asta que la bandera del país, con la excepción de una del servicio exterior u otra de prisionero de guerra/desaparecido en combate. De acuerdo con la legislación estadounidense, estas banderas deben ondear bajo la bandera de Estados Unidos.
“Los jefes de misión son los representantes directos del presidente en el extranjero. El Departamento apoya su prerrogativa de gestionar las operaciones de la misión para maximizar su eficacia en ese papel, dentro de los límites de la ley y la normativa estadounidense”, dijo un portavoz del Departamento de Estado a Foreign Policy.
Desde que asumió su cargo, Blinken se comprometió a defender los derechos del colectivo LGBTQ, lo que incluye permitir que las embajadas tengan la bandera del Orgullo.
“Creo que el papel que Estados Unidos debe desempeñar en la defensa de los derechos de las personas LGBTQ es algo que el departamento va a asumir inmediatamente”, aseguró Blinken, quien aún no ha nombrado a un enviado especial del Departamento de Estado para los derechos del colectivo, un puesto que quedó vacante durante gran parte de la administración Trump.
Las embajadas de Estados Unidos en países con amplias protecciones para las comunidades LGBTQ, como las de Europa Occidental, América Latina, Sudáfrica y Australia, probablemente enarbolen la bandera del Orgullo. La presencia de una bandera en una embajada estadounidense podría tener mayor importancia en países donde las comunidades LGBTQ se enfrentan a una mayor discriminación o incluso a la amenaza de persecución penal o pena de muerte, como en Rusia o en países de Medio Oriente y el Norte de África. Al menos 69 naciones de todo el mundo tienen leyes que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, según Human Rights Watch.
El cable interno del Departamento de Estado afirmaba también que, en algunos países, una embajada estadounidense que enarbole la bandera del Orgullo, o que discuta la legalización o despenalización de las relaciones entre personas del mismo sexo, podría hacer más daño que bien. Tales medidas podrían alimentar una reacción contra las propias comunidades LGBTQ locales, de acuerdo a Foreign Policy.
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