Tel Aviv ‘derriba’ la efigie dorada del ‘rey Bibi’
Ayuntamiento de Tel Aviv fue la comidilla de las conversaciones en todo el Estado judío. Unos intentaban descifrar la simbología bíblica del icónico del becerro de oro. Otros veían una siniestra significación, ya que el lugar era conocido como plaza de los Reyes de Israel hasta el asesinato en 1995 del primer ministro Rabin en esa misma explanada.
De nada sirvieron tantas cavilaciones. En un movimiento de raíz espontánea, decenas de personas convocadas por mensajes cruzados a través de las redes sociales acudieron ante la estatua con el objetivo de derribarla como a la efigie de Sadam Husein en Bagdad en 2003. Esta vez el paralelismo parecía mucho más evidente. El Consistorio de la capital económica y cultural de Israel acabó exigiendo al artista que retirara la estatua de la vía pública.
La ministra de Cultura, Miri Regev, se apresuró a darle la réplica en Facebook a Zalait: “Israel es una democracia y uno de los países más libres del mundo”. Regev, que fue general del Ejército al mando de la censura militar, se ha hecho célebre por sus agrias polémicas con figuras de la cultura israelí manifiestamente izquierdistas a las que ha intentado imponer su visión ultraconservadora. “El verdadero becerro de oro de esta acción ha sido el odio hacia Netanyahu”, dijo la ministra de origen sefardí. Como se recordará, los judíos fueron castigados por Dios por adorar un ídolo dorado.ElPais