El primer ministro húngaro Viktor Orban y su aliado polaco, Mateusz Morawiecki, se reunieron este jueves en Budapest con Matteo Salvini, líder del derechista partido italiano Liga, para tratar de sentar las bases de una nueva agrupación política europea a la que se refirieron como «nueva derecha». Después de que su partido, Fidesz, haya sido expulsado del Partido Popular Europeo, Orban busca la manera de ganar influencia en la unión asociándose con otros movimientos nacionalistas.
Salvini ha excluido por ahora la posibilidad de formar un nuevo grupo en la Eurocámara, pero se ha mostrado abierto a que Italia, Polonia y Hungría intenten formar una plataforma y «reorganizar la derecha europea», como ha dicho Orban, y «planear el futuro conjuntamente».
Por ahora es solo un acuerdo de principios sobre «una nueva idea de Europa», sin afectar el equilibrio del Parlamento Europeo, pero «nada excluye que pueda conducir a una alianza, quizá para las elecciones comunitarias de 2024», sugerían ayer fuentes diplomáticas húngaras, con la fusión entre las familias de Identità e Democrazia (75 escaños, 28 de la Liga) y la de los conservadores y reformistas (62 escaños), que daría lugar a una fuerza de 137 escaños en la Eurocámara, una escuadra suficiente para socavar la llamada ‘mayoría Úrsula’ de la derecha, establecida por las familias proeuropeas de Popular, Socialistas y Demócratas y los liberales de Renovar Europa, con el apoyo externo de los Verdes. «Eso podría convertirlos en una fuerza a tener en cuenta en Europa si pueden resolver sus diferencias, incluidas las de la Liga en Italia -considera Zoltan Novak, del Centro para el Análisis Político Justo-. Salvini respalda firmemente a Orban, y la Liga podría ayudar a crear un nuevo polo en el Parlamento Europeo».
Durante la reunión hablaron de un proyecto de renacimiento europeo, un eje entre fuerzas soberanas para una «visión alternativa a la de una UE burocrática alejada de los ciudadanos», dijo Orban tras la reunión. El objetivo es ampliar el campo de acción a «otros partidos y otros gobiernos, así como exponentes de la sociedad civil, comenzando por empresarios e intelectuales».
Según el ‘premier’ húngaro, en la reunión mantenida en un monasterio carmelita hablaron sobre el futuro de Europa y los planes de los partidos de derecha. Acordaron elaborar en las próximas semanas un programa en el que formularán sus valores comunes, entre los que figuran la soberanía nacional, la familia y el cristianismo, así como su rechazo al comunismo, la inmigración ilegal y el antisemitismo. Volverán a reunirse en mayo, seguramente en Polonia, para poner el trabajo en común. «Queremos acabar con la ridícula afirmación de que la derecha siempre tiene una ventaja y la izquierda siempre solo un medio», dijo.
Afinidades ideológicas
Las afinidades ideológicas entre los dos grupos son evidentes, desde la hostilidad hacia una mayor integración económica de la UE hasta el impulso de reformas restrictivas de inmigración y ‘defensa fronteriza’. Fuentes cercanas a la Liga confirmaron la sinergia entre los partidos.
Los partidos nacionalistas han intentado anteriormente una asociación europea, pero hasta ahora ha sido imposible un proyecto sólido debido a los matices que los diferencia y a la posición respecto a Rusia de sus gobiernos. Orban cultiva una relación cálida con Vladímir Putin y se ha pronunciado contra las sanciones a Rusia y utiliza gas, petróleo y energía nuclear rusa, además de ser el primer país europeo en aplicar la vacuna rusa. Salvini también es pro-Rusia, pero Polonia considera a Rusia una amenaza.
abc
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