La presencia de droga en el cuerpo de George Floyd en el momento de su muerte es una de las grandes cartas que utiliza la defensa de Derek Chauvin, el policía acusado de su asesinato. Floyd murió después de que Chauvin apretara con la rodilla contra su cuello durante casi diez minutos, que quedaron grabados en móviles de testigos que presenciaron el episodio en mayo del año pasado en Mineápolis (Minnesota).
La defensa, liderada por el abogado Eric Nelson, trata de demostrar que el consumo de droga, la condición médica y el aumento de adrenalina en Floyd fueron las causas determinantes de su muerte, no la maniobra del policía.
Uno de los primeros testigos en tratar el uso de opiáceos y la salud de Floyd ha sido su novia, Courteney Ross, que subió al estrado en el final de la primera semana del juicio que se celebra en Mineápolis.
En un testimonio cargado de emociones, en el que Ross no pudo reprimir las lágrimas en numerosas ocasiones, la que fue pareja de la víctima explicó que conoció a Floyd en un albergue para personas con bajos recursos y que tuvo con él una relación intermitente desde 2017. También reconoció la adicción de ambos a los opiáceos, una lacra en EE.UU., que ha vivido en los últimos años una epidemia de sobredosis y muertes por su consumo.
«Es la historia clásica de cómo mucha gente se engancha a los opiáceos», aseguró Ross, que sufría de dolor de cuello y Floyd, de espalda. «Ambos teníamos recetas médicas», explicó la testigo. «Cuando se acabaron estábamos enganchados y tratamos de romper la adicción muchas veces».
«Es una lucha que dura toda la vida y a la que tienes que hacer frente cada día», dijo Ross, que detalló que compraban fármacos como oxicodona en el mercado negro o en la calle. Los intentos de dejar la droga acabaron muchas veces en recaídas conjuntas. En una de ellas, en marzo del año pasado, Floyd estuvo hospitalizado varios días después de una sobredosis. Ambos consiguieron cortar la adicción después, pero Ross cree que Floyd recayó poco antes de su fallecimiento.
Ross reconoció que en ocasiones ambos compraron pastillas de Morries Hall, una pieza clave en la reconstrucción de la muerte de Floyd. Hall, que en una entrevista el año pasado con 'The New York Times' aseguró ser muy cercano a Floyd, estaba en el asiento de pasajero en el coche donde la víctima fue detenida poco antes de fallecer.
El abogado de Chauvin sacó el nombre de Hall sin descanso y preguntó en varias ocasiones a Ross sobre él. En sus declaraciones iniciales, Nelson aseguró que Hall testificaría que Floyd tomó dos pastillas en el momento de la detención para evitar que fuera detenido en su posesión por la policía. Pero esta semana se ha sabido que Hall ha decidido acogerse a la Quinta Enmienda, la que permite a una persona no testificar para no autoinculparse, y no subirá al estrado en el juicio.
Los abogados de la familia de Floyd, liderados por Benjamin Crump, aseguraron que era de esperar que la defensa de Chauvin trate de usar el consumo de drogas como la vía para la exculpación del agente. «Es la táctica de cabecera cuando los hechos no están de tu lado», dijeron en un comunicado, donde recordaron que la víctima «caminaba, hablaba, reía y respiraba perfectamente antes de que Derek Chauvin apretara con la rodilla contra su cuello» y que decenas de miles de estadounidenses luchan contra la adicción y se les trata «con dignidad, respeto y apoyo, no brutalidad».
La novia de Floyd también defendió en el juicio que la víctima tenía buena salud y era una persona atlética a pesar de sus dolores de espalda- Floyd dio positivo en un test de Covid-19 en abril, varias semanas antes de su muerte, pero la acusación defiende que no tuvo nada que ver con su muerte.
abc
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