Adama Barrow: “Nuestro cambio pacífico puede ser un modelo para África”

  05 Diciembre 2016    Leído: 466
Adama Barrow: “Nuestro cambio pacífico puede ser un modelo para África”
El presidente electo de Gambia, que ha derrotado en las urnas un régimen de 22 años, recibe a EL PAÍS

Domingo por la mañana. Bajo un sol implacable, la casa de Adama Barrow, presidente electo de Gambia (1,8 millones de habitantes) desde el pasado viernes, se parece más a un mercadillo que a una residencia privada. En las últimas 48 horas, una auténtica caravana de miles de personas se ha acercado hasta este barrio capitalino de calles de arena y casas de planta baja de Yarambamba para conocer al hombre que fue capaz de enfrentarse al poder absoluto de Yahya Jammeh y derrotarle en las urnas tras 22 años de régimen autocrático. Le cantan, le saludan, se hacen fotos con él. Y Barrow, con gesto cansado pero sonriente, acoge y atiende a todo el mundo y se deja querer. Sacos de arroz, barras de pan, cajas de refrescos y hasta una enorme vaca desfilan por el patio en dirección a la cocina.

En el pequeño salón familiar y tras darse un nuevo baño de masas en un jardín lleno hasta la bandera, Barrow recibe a EL PAÍS y se da un respiro de tantas multitudes. “El cambio que se ha producido en este país puede ser un modelo no sólo para África, sino para todo el mundo. La pequeña Gambia ha sido capaz de organizar unas elecciones libres y pacíficas; que se produzca un cambio y que todo el mundo aceptara el resultado”, asegura orgulloso. Cuando dice “todo el mundo” se refiere, sin duda, a Yahya Jammeh, the big man, el militar que dio un golpe de Estado en 1994 y desde entonces se aferró al poder hasta que el viernes, tras unas ajustadas elecciones, telefoneó a su rival para felicitarle y grabó la escena para emitirla luego por televisión. Todo muy surrealista, a la gambiana.

“Jammeh sabía que su tiempo se había acabado, no podía hacer otra cosa. La mayor parte de los ciudadanos estaban cansados de sus 22 años de presidencia y era imposible neutralizar el enorme apoyo popular que hemos conseguido, ya había sido demasiado”, asegura. Barrow, un próspero empresario propietario de una agencia inmobiliaria que se presentó a las elecciones al frente de una coalición de siete partidos más una candidata independiente, asegura que cumplirá su promesa de dejar el sillón presidencial dentro de tres años para organizar unas nuevas elecciones a las que no se presentará. “Volveré a mis negocios”.

Sin embargo, ahora mismo uno de los retos es superar la división de los gambianos. Ya lo preconizaba el pasado sábado Mohamed Chambas, representante de Naciones Unidas para África occidental y el Sahel, pidiendo moderación en las celebraciones y magnanimidad a los vencedores. “Nadie debe estar asustado o sentir miedo por nuestra victoria. No habrá persecución contra nadie más allá de lo que dicte la ley. En Sudáfrica fueron capaces de superar una herida del tamaño del apartheid, nosotros lo haremos también. Como decía Thomas Jefferson, si el Gobierno teme al pueblo tenemos justicia, pero si el pueblo teme al Gobierno tenemos una tiranía. Y eso se acabó”.

Como muestra de su talante, una escena de la campaña. Pocos días antes de las elecciones, las dos caravanas electorales se cruzaron. A un lado de la carretera estaban los seguidores de uno y enfrente, los del otro. A medida que pasaba el tiempo empezaron los cánticos y de ahí se pasó a los insultos, a la agresividad. Cuando Barrow lo supo, se asomó desde el coche y pidió calma a los suyos. “Al final del día, de todo este proceso, lo que importa es Gambia y nuestra gente”. Aún tres días después de las elecciones e incluso habiendo aceptado Jammeh el resultado sigue habiendo gente que duda, que teme, que mira de reojo a los cuarteles.ElPais

Etiquetas:


Noticias