Por ejemplo, el Gobierno de unidad nacional se ve contrarrestado por el Parlamento libio con sede en Tobruk. El Parlamento goza del apoyo del Ejército del país, y su integridad le permitió, entre otras cosas, restablecer el control sobre importantes puertos petroleros del país. El jefe del Ejército, Jalifa Haftar —quien goza de voz y voto en el futuro de su país—, ya ha realizado varios viajes a Moscú para pedirle al Kremlin ayuda en el conflicto, según el analista. Durante años, EEUU apoyó los esfuerzos de la ONU de mantener un diálogo multilateral y "elaborar fórmulas sofisticadas" para satisfacer a todas la partes. Todos fracasaron, resultando en más guerra y en el colapso de una autoridad central. Vea también: Las consecuencias reales de la `guerra contra el terrorismo` de EEUU
Trump es otra persona. Opta por acuerdos sólidos más que por una diplomacia estratificada. Por "crudo y hasta maquiavélico que parezca", en realidad son Washington y Moscú quienes mantienen contactos con las partes beligerantes en Libia, y en caso de un acuerdo entre los dos, sus `clientes` se someterán, asegura Galustian. "Trump es suficientemente maduro para recordar la diplomacia de Henry Kissinger de la época de la Guerra Fría. Fue dura y no exactamente limpia, pero pudo ser lo que salvó al planeta. Y por lo que sabemos, el presidente electo es suficientemente valiente para abandonar el multilateralismo y volver a un modelo más crudo y eficaz de llevar orden al mundo", concluye el analista.
Sputnik
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