La propagación del coronavirus también repercutió de forma negativa en los trabajos de reconstrucción, en opinión de Suga, pero el Gobierno hará esfuerzos para que en las áreas afectadas todo vuelva a la normalidad lo antes posible.
El emperador de Japón, Naruhito, también intervino en la ceremonia, a la que asistió junto con la emperatriz Masako, y en su discurso pidió no olvidar las lecciones de la tragedia de 2011.
"Creo que para nosotros es fundamental permanecer unidos y estar más cerca de las personas afectadas, para que el progreso de los trabajos de recuperación dé sus frutos", subrayó el monarca.
Japón conmemora este 11 de marzo el décimo aniversario del terremoto y el tsunami que dejó unos 15.900 muertos y más de 2.500 desaparecidos en su costa nororiental, además de provocar el accidente nuclear más grave después de Chernóbil.
El terremoto, de magnitud 9,0, sacudió la costa nororiental de Japón el 11 de marzo de 2011, provocando olas de más 10 metros que mataron a unas 15.900 personas.
Otras 2.525 todavía se dan por desaparecidas. El tsunami anegó cuatro de los seis reactores de la central nuclear de Fukushima Daichi y dejó fuera de servicio el sistema de refrigeración, lo que derivó en una serie de explosiones de hidrógeno y la fusión del combustible.
Unas 400.000 viviendas quedaron totalmente destruidas por el desastre.
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