Adidas, el gigante alemán de ropa deportiva, ha comunicado este martes su decisión de iniciar un proceso formal para desprenderse de su marca estadounidense Reebok, que compró hace 15 años con el objetivo de reforzar su competencia con Nike.
"Después de una cuidadosa consideración, hemos llegado a la conclusión de que Reebok y Adidas podrán realizar significativamente mejor su potencial de crecimiento independientemente el uno del otro", afirmó en el comunicado el presidente ejecutivo de Adidas, Kasper Rorsted.
Esta decisión forma parte de una estrategia de cinco años que la compañía tiene previsto presentar el próximo 10 de marzo.
Adidas adquirió Reebok, con sede en Boston (Massachusetts, EE.UU.), por 3.800 millones de dólares en 2006. Su escaso rendimiento ha empujado repetidamente a los inversores a considerar la venta de la marca, si bien el plan de reestructuración de Rorsted, quien asumió el cargo de CEO en 2016, ayudó a que Reebok volviera a ser rentable.
Sin embargo, sus ganancias aún seguían muy por detrás de las de Adidas y en 2020 se vieron duramente golpeadas por la pandemia de covid-19. Según AFP, en el tercer trimestre del año pasado las ventas netas de Reebok descendieron un 7 %, generando un 488 millones de dólares (después de haberse hundido hasta un 44 % el trimestre anterior). A modo de comparación, las de Adidas cayeron un 2 %, generando 6.650 millones de dólares.
Actualmente Reebok vale alrededor de 967 millones de dólares. La revista alemana Manager Magazin informó a finales del año pasado que uno de los compradores potenciales sería la empresa estadounidense VF Corporation, propietaria de marcas como Timberland y North Face.
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