Las expectativas sobre encontrar la pareja ideal o tu «media naranja» causan un sinfín de quebraderos de cabeza, decepciones y fantasías lejanas que nunca se encuentran. Esquemas mentales que nos conducen, irremediablemente, al fracaso. Proyectar en el otro tu felicidad y plenitud será querer ver en el río el reflejo de lo que te falta. Necesitas mirarte, verte y encontrarte a ti, sentirte plena, satisfecha y, con eso, compartir todo aquello que desees con quien quieras. Eso si, no olvides que también será mejor que sea una naranja completa. Sin dependencias emocionales, sin la exigencia de los 'deberías' sino con el respeto mutuo y el amor genuino en el te quiero por tal y como eres. Completa, con todo.
Conecta con tu pareja para sacar lo mejor de los dos, para sumar aún en las diferencias. Para encontrarte y crear instantes compartidos. Para crear la complicidad de un funcionamiento seguro y afectivo. De esos que, cuando le miras, cuando le observas, solo tu sabes que son vuestros. Tal y como quieras, tal y como sientas. No hay una forma correcta de amar, el amor no conoce ni las formas ni las fronteras. Conoce el respeto de la plenitud, de la libertad, el respeto mútuo y grandeza de todos los seres.
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