El equipo de Alexéi Navalni, el enemigo jurado del presidente Vladímir Putin, ha solicitado a la Unión Europea que aplique sanciones contra altos cargos rusos y otros responsables involucrados en la implacable persecución que sufre la oposición en el país y aquellos que salen a las calles en demanda de un giro en la política del Kremlin y de libertad para los presos políticos.
Los colaboradores de Navalni contemplan estupefactos la división existente en la UE en relación con las medidas que, según ellos, deberían aplicarse a Rusia por «conculcar derechos fundamentales, como el de manifestación» o abrir causas penales «sin fundamento legal» contra el principal opositor ruso y otros miembros de la cúpula de su organización.
Mientras, María Zajárova, la portavoz del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaraba que «la Unión Europea quiso flagelar públicamente a Rusia durante la visita de Josep Borrell a Moscú, pero no funcionó». «Se trataba de hablar de manifestaciones, de periodistas, convirtiendo a Navalni en el asunto clave (...) buscaba amasar todo eso, verterlo y luego irse contento, pero no resultó».
Como él mismo relata en la red social Telegram, el encargado de hacer llegar a Bruselas la solicitud de que sean decretadas sanciones contra Moscú ha sido Leonid Vólkov, estrecho colaborador de Navalni. Según sus palabras, habrá que concretar aún con la UE el alcance de las sanciones, pero la propuesta es que vayan dirigidas contra personas del «círculo cercano» de Putin, implicadas en la actual campaña para neutralizar a la oposición.
Vólkov cita entre otros al director del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Alexánder Bórtnikov, multimillonarios como Román Abramóvich y Alisher Usmánov, al presentador de televisión, Vladímir Soloviov, auténtico azote de Navalni y sus seguidores, y al ministro de Sanidad Mijaíl Murashko, a quien reprochan haber dado órdenes de «ocultar» el envenenamiento de Navalni cuando estuvo internado en agosto en un hospital de Omsk y «obstaculizar los esfuerzos» para que fuera enviado a Alemania para recibir tratamiento.
La lista de posibles sancionados contiene una treintena de nombres y es la misma que a finales de enero fue enviada también al presidente estadounidense, Joe Biden, por otra de las personas próximas a Navalni, Vladímir Ashurkov, director ejecutivo del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), la plataforma creada por Navalni para desenmascarar las prácticas ilícitas de la élite rusa.
Más actos de apoyo
Según se informó ayer, Vólkov y Ashurkov mantuvieron el lunes una reunión por videoconferencia con la delegación de Polonia ante la UE, cuyos miembros han asegurado que «los representantes permanentes de los 27, junto con los embajadores de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Ucrania, están discutiendo los próximos pasos que se van a dar».
Zajárova denunció ayer ante las cámaras del Canal Uno ruso que los colaboradores de Navalni «reciben instrucciones directamente de la OTAN para desestabilizar Rusia (...) no son oposición, son agentes de influencia de ése bloque militar» de Occidente. La portavoz de Exteriores rusa ha lamentado que los partidarios de Navalni «han organizado más acciones para el domingo 14». Vólkov llamó ayer a la población de las grandes ciudades de Rusia a un ‘flashmob’, saliendo a patios, balcones y ventanas a las ocho de la tarde en apoyo al líder opositor.
abc
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