Turquía inició su operación militar a finales de agosto para expulsar a los yihadistas de la ciudad de Yarabulus y otras localidades fronterizas en el norte de Siria y más tarde Ankara anunció que la operación antiterrorista continuaría hasta limpiar la zona al oeste del Éufrates. Rusia y Turquía continúan fortaleciendo las relaciones bilaterales tras su deterioro en noviembre de 2015 cuando un caza turco derribó en territorio sirio un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas. Los primeros pasos hacia la normalización se dieron en junio de este año, cuando el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió perdón a Rusia por el derribo de la aeronave.
Más tarde, Moscú y Ankara afianzaron su reconciliación reanudando los contactos en diversos ámbitos y firmando nuevos contratos, en particular reanudaron el proyecto Turk Stream que estipula la construcción de tuberías para exportar gas ruso a Turquía. Además Turquía y Rusia mantienen contactos permanentes para coordinar sus esfuerzos en su lucha contra el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en varios países, Rusia incluida).
Reuters
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