A Nico Rosberg la intriga le duró apenas tres vueltas. Otra mala salida del Mercedes, otra más, apartó durante unos minutos al líder del Mundial de su pleno esta temporada. Esta vez fue Daniel Ricciardo quien provocó el efímero sobresalto del alemán. El australiano arrancó en estampida con su Red Bull y tomó el mando durante un accidentado arranque donde Sebastian Vettel mandó a su compañero Kimi Raikkonen al garaje y Lewis Hamilton, ilustre colista en Shanghai, se vio obligado a visitar el taller tras perder el morro por un toque con el Sauber de Nasr. Mandó Ricciardo con soltura, recordando aquel feliz 2014, el de su aterrizaje en la escudería energética, donde alcanzó las tres victorias que luce en su palmarés. Fue una estampa fugaz que concluyó cuando su neumático trasero izquierdo saltó por los aires, dejando el camino despejado a Nico Rosberg, que no sufrió ningún intento de revuelta más en las 53 vueltas siguientes y sólo requirió de dos paradas en boxes. Un pleno sin debate que le permite escaparse en el campeonato y poner 36 puntos de distancia sobre Lewis Hamilton, séptimo, su peor posición en una carrera completa desde Brasil 2013. [Narración y clasificaciones]En Shanghai, el asfalto donde estampó la firma de su primera victoria, con Mercedes, hace ya cuatro años, Nico confirmó que este año va en serio. Incluso la fortuna parece haberse puesto de acuerdo con el afable piloto alemán, en estado de gracia desde la coronación en Austin de su incómodo partenaire Lewis Hamilton. Encaramado al palco del podio desde que se ciñiese aquel sombrero mexicano, tal vez un talismán, en el arranque del mes de noviembre. Seis carreras consecutivas donde la moneda ha salido cara varias veces, sobre todo esta temporada. Lo hizo en el estreno en Australia, cuando la bandera roja por el accidente de Alonso le abrió la puerta casi cerrada del triunfo,. Volvió a ocurrir en Bahrein, con la embestida de Bottas a Hamilton en el arranque. Y en China, después de verse sorprendido por el obús de Daniel Ricciardo, recuperó la cabeza gracias al reventón de una goma del Red Bull. Tal vez lo hubiera logrado igual sin problemas ajenos, pero...

Así se escribe la historia de un Rosberg que nunca antes había viajado con tanta comodidad al frente del campeonato. Son 36 puntos los que hoy guarda en su cajón, una carrera y media por si la mecánica, el azar o algún despiste le juegan una pala pasada. La mayor renta de la que ha dispuesto cuanto ha llevado el timón del campeonato. Porque hace dos temporadas, en 2014, llegó a disponer de 29 tras las paradas en Austria y en Bélgica, tras aquella polémica maniobra en el mano a mano con Lewis Hamilton, donde su rumbo viró definitivamente para desdicha propia y gloria de su socio, que inició su camino hacia el tricampeonato.Desde Austin, Lewis Hamilton también es otro. Tal vez los papeles quedasen invertidos después de la merecida fiesta aquella tarde noche estadounidense en el hospitality de Mercedes. Nada ha vuelto a ser como era porque las adversidades caen ahora sobre el monoplaza del británico, que hace no tanto parecía inmortal. El tricampeón aterrizó en China con una sanción de cinco puestos en parrilla por cambiar la caja de cambios, sufrió un avería en la unidad de potencia que lo relegó a la última posición en la salida y padeció todo tipo de contratiempos que lo obligaron a pasar hasta cinco veces por el garaje. El más activo de los 22, pero que sólo le permitió alcanzar la séptima posición y rescatar seis puntos. Lewis, acostumbrado a los excesos en Mercedes, no vivía días tan encapotados desde su etapa en McLaren.

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