“Es un nuevo día para Estados Unidos, es un nuevo día para el mundo”, destacó Blinken. “El mundo necesita del liderazgo estadounidense, y lo garantizamos, porque es mucho más probable que el mundo resuelva sus problemas y enfrente sus desafíos cuando Estados Unidos responde”.
“El mundo quiere saber si podemos curar nuestras heridas como nación”, expresó a su llegada al Departamento de Estado al día siguiente de que su nombramiento fuera confirmado por una amplia mayoría del Congreso.
La comunidad internacional “quiere ver si guiaremos al mundo con el poder de nuestro ejemplo”, dijo Blinken, y “si privilegiaremos la diplomacia con nuestros aliados y socios para afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo, como la pandemia, el cambio climático, la crisis económica., amenazas a las democracias, luchas por la justicia racial y los riesgos que representan nuestros rivales y adversarios para nuestra seguridad y estabilidad global”, agregó durante una breve ceremonia.
El diplomático, que hizo parte de su carrera en el Departamento de Estado, donde fue número dos al final de la presidencia de Barack Obama, señaló que sentía que “volvía a casa”.
Sin embargo, reconoció que el mundo había cambiado bastante desde su partida hace cuatro años, citando en ese sentido la pandemia de coronavirus, pero también las “barricadas” que surgieron en Washington tras la invasión del Congreso estadounidense por partidarios de Donald Trump el 6 de enero.
Esos disturbios se saldaron con cinco muertos y obligaron a cancelar la sesión parlamentaria de certificación de la victoria de Joe Biden.
“Nunca hemos pasado por un período como este. El presidente está decidido a salir de él lo antes posible”, insistió el jefe diplomático.
AFP
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