Sumido en un confinamiento estricto por evitar un rebrote de contagios de coronavirus, Portugal elige nuevo presidente. Todos los sondeos previos al acto electoral señalan al presidente saliente, Marcelo Rebelo de Sousa, como el principal candidato a imponerse en primera vuelta e ir por su segundo mandato. Mientras que la duda reside en la respuesta ciudadana al derecho del sufragio ya que estiman poca participación electoral debido a la coyuntura sanitaria.
Con la victoria casi asegurada del conservador moderado, la incógnita reside en si el candidato de extrema derecha, André Ventura, logrará dar la sorpresa y llegar en segunda posición, por delante de la exeurodiputada socialista Ana Gomes. Según las últimas encuestas, Rebelo de Sousa tenía el 58% de las intenciones de voto, contra el 15% de la representante socialista y un poco más del 10% de Ventura, informó AFP.
Otra de las incógnitas es la tasa de participación de los 10,8 millones de electores inscritos para esta elección que comenzó a las 08:00 de la mañana (hora local) en un país sumido desde hace diez días en un segundo confinamiento general para frenar la explosión de casos de covid-19. Luego de cerrar comercios y restaurantes, el gobierno definió suspender los colegios durante quince días, mientras el sábado se registró un nuevo récord de casos y de fallecidos, con lo que el balance desde el inicio de la pandemia sobrepasa los 10.000 muertos.
Evitar una segunda vuelta
En su segundo discurso de campaña, el presidente saliente instó a los electores a votar por él para evitar una segunda vuelta prevista el 14 de febrero y «evitar a los portugueses la prolongación de la elección durante tres semanas cruciales» para frenar la epidemia. «Basta con una abstención del 70% para que una segunda vuelta sea inevitable», ha advertido Marcelo Rebelo de Sousa, un antiguo profesor de derecho de 72 años, que saltó a la fama como comentarista político en la televisión.
De hecho, candidatos y observadores temen que el contexto sanitario, que se suma al resultado previsible de los comicios, contribuya a que los electores se queden en casa y altere las previsiones de los sondeos. Los cuatro presidentes que tenido Portugal desde el surgimiento de la democracia, en 1974, fueron elegidos en la primera vuelta para un segundo mandato de cinco años.
En Portugal, el jefe del Estado no tiene ningún poder ejecutivo pero juega un papel de árbitro cuando hay crisis políticas y puede disolver el Parlamento para convocar elecciones legislativas anticipadas
Avance del populismo
Con una alta popularidad desde su elección hace cinco años, el actual jefe del Estado ha cohabitado sin problemas mayores con los socialistas del primer ministro Antonio Costa quien, para evitar una derrota asegurada, no ha presentado ninguna candidatura. El jefe del gobierno incluso ha rechazado apoyar a Ana Gomes, una diplomática de carrera de 66 años, convertida en una eminente militante anticorrupción y que se ha convertido en baluarte contra el avance de la extrema derecha.
Por su parte, André Ventura ha dicho que quiere «aplastar a la izquierda», que cuenta con tres de los siete candidatos y espera confirmar el avance del populismo de derecha en un país donde, hasta ahora, era la excepción. Con un resultado del 1,3% y 70.000 votos en las legislativas de 2019, este jurista de 38 años se convirtió en el único diputado del partido antisistema «Chega» («basta»), que él mismo fundó tras militar en la formación de centro derecha portuguesa, como el presidente saliente.
afp
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