La variante británica del coronavirus, considerada mucho más contagiosa que las anteriores, también puede estar asociada a una mayor mortalidad, advirtió el viernes el primer ministro Boris Johnson. “Ahora también parece haber algunos indicios de que la nueva variante, la que se identificó por primera vez en Londres y el sureste [de Inglaterra], puede estar asociada a una mayor mortalidad”, aseguró en rueda de prensa en Londres.
En el caso de hombres de unos 60 años, la mortalidad en el país era anteriormente de 10 pacientes por 1.000 enfermos y actualmente estaría entre 13 y 14 por 1.000, explicó el principal consejero científico del ejecutivo, Patrick Vallance. El experto, de todas formas, quiso “subrayar que hay mucha incertidumbre en torno a estas cifras” y que se necesita “más trabajo para tener una comprensión precisa”.
Y se mostró prudente: “Estos indicios no son todavía sólidos, sino que se trata de una serie de informaciones diferentes que se unen para apoyar” esta conclusión. “Obviamente es preocupante que haya habido un aumento de la mortalidad, así como un aumento de la transmisibilidad, como parece ser el caso hoy en día”, agregó.
Vallance aclaró que los datos de mortalidad en pacientes hospitalizados son los mismos con ambas cepas, pero en relación con ”cualquiera que haya dado positivo (fuera hospitalizado o no) existe evidencia de un mayor riesgo de muerte en aquellos que tienen la nueva variante en comparación con el virus anterior”, afirmó.
País más castigado de Europa por la pandemia, con casi 96.000 muertos confirmados por covid-19 (+1.401 registrados en las últimas 24 horas), el Reino Unido se enfrenta a una nueva ola de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una mutación del coronavirus entre 30% y 70% más contagiosa según científicos británicos.
Esta variante, hallada originalmente en el sur de Inglaterra, ya ha sido detectada en al menos 60 países y territorios a pesar de las crecientes restricciones impuestas a los viajes.
Sin embargo, recalcó Johnson, “todos los indicios actuales siguen demostrando que las dos vacunas que utilizamos actualmente siguen siendo eficaces tanto contra la antigua variante como contra esta nueva variante”.
Tras convertirse el 8 de diciembre en el primer país occidental en lanzar una campaña de vacunación masiva contra el covid-19, el Reino Unido ya ha inoculado a 5,4 millones de personas con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford.
El ejecutivo de Johnson, muy criticado desde el principio de la crisis sanitaria por sus políticas erráticas, ha puesto ahora todas sus esperanzas en la vacunación para poder levantar, a partir de marzo, el tercer confinamiento en que se encuentra sumido el país.
El confinamiento, iniciado a principios de año en Inglaterra, parece estar dando resultados. Los científicos sitúan la tasa de reproducción del virus entre 1 y 0,8 (frente a 1,3-1,2 la semana anterior). Esto significa que cada persona infectada contagia a entre 1 y 0,8 más, por lo que el número de casos no debe aumentar sino disminuir ligeramente.
Pero, de momento, los hospitales del país se ven superados por el aumento de pacientes con síntomas graves. La situación es “muy, muy mala en este momento, con una enorme presión, y en algunos casos parece una zona de guerra en términos de lo que la gente tiene que gestionar”, afirmó Vallance el miércoles, día en que el país batió todos los récords, registrando 1.820 nuevos fallecimientos.
Hay actualmente unos 38.000 enfermos de covid-19 hospitalizados, casi 4.000 de ellos con respirador, muchos más que durante la primera ola de la pasada primavera.
Aún con las vacunas, “tendremos que convivir con el coronavirus de una forma u otra durante mucho tiempo”, advirtió Johnson, quien estuvo personalmente ingresado en cuidados intensivos con covid-19 en abril, momento en que dijo haber temido por su vida.
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