La policía de Miami descubrió que las pruebas de delitos que se almacenaban en este contenedor podían haberse deteriorado. Vista exterior del contenedor donde la Policía halló pruebas de crímenes que se estaban deteriorando por el mal estado del contenedor. La policía de Miami descubrió que las pruebas de delitos que se almacenaban en este contenedor podían haberse deteriorado.
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La policía de Miami descubrió que las pruebas de delitos que se almacenaban en este contenedor podían haberse deteriorado. Cortesía
DAVID SMILEY Y CHARLES RABIN
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La plana mayor de la policía de Miami sabía –hace por lo menos cuatro años– que un depósito que guardaba evidencias de cientos de casos de homicidio y muertes por clasificar se estaba deteriorando, y permitió que el problema se alargara hasta que se convirtió en una emergencia.

Pero un mes después de que el jefe de policía de Miami admitiera públicamente que roedores y los elementos habían estropeado algunos de los artículos guardados en el deteriorado contenedor –y asegurase haber tomado medidas en cuanto se enteró del problema– los investigadores que revisan pieza a pieza el contenido de 564 casos potencialmente afectados, todavía están por determinar la totalidad de las consecuencias de la inacción del departamento.

“No podría decirles de un caso específico que haya sido dañado o que no haya sido dañado”, dijo el jefe de policía Rodolfo Llanes, quien había señalado que el contenedor se estaba “pudriendo” en un memorándum del 2012, cuando era jefe adjunto. “Pasar auditoría a las pruebas es un proceso a largo plazo para poder decir: ‘Esto resultó comprometido, y ahora tenemos que hacer una declaración acerca de ello’ ”.


La policía de Miami se negó a dar a conocer su lista de la evidencia contenida en el depósito de almacenamiento, y el departamento tampoco quiso entregar una lista de los casos involucrados al Miami Herald. Pero hasta el momento, dijo Llanes, investigadores pasando auditoría al contenido del depósito han centrado su pesquisa en alrededor de 100 casos.

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Unas dos docenas han sido identificados como de alta prioridad, debido a su relación con casos criminales cerrados, aun cuando la policía y la fiscalía afirmen que todavía no han encontrado nada que pudiera afectar o poner en peligro un caso abierto o una condena. Algunos de los casos –muchos de ellos homicidios– son considerados fríos y se remontan a la década de 1970.

No obstante, el teniente Carlos Castellanos, jefe de homicidios de Miami, admite que podrían pasar años antes de que la policía pueda determinar realmente la extensión de los daños, si es que han sido sufridos, a condenas pasadas y futuras, dada la posibilidad de que los abogados defensores podrían sacar a colación la condición de las pruebas del departamento en juicios o apelaciones.

“No puedo predecir qué podría presentar o no a los tribunales un abogado defensor a causa de lo que estaba en ese contenedor”, dijo Castellanos.

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El contenedor de almacenamiento, provisto de aire acondicionado, ahora reemplazado, se encontraba situado debajo del elevado de la Interestatal 95 que pasa sobre el downtown de Miami y junto a las oficinas centrales de la policía, servía de depósito de evidencias de homicidios y muertes por clasificar que abarcaban cuatro décadas, de acuerdo con la policía de Miami.

El depósito, que era una de varias ubicaciones de almacenamiento de pruebas de homicidios, contenía artículos tales como ropas y muebles, pero no drogas, armas de fuego o dinero en efectivo. Castellanos dijo que el mismo no contenía pruebas usadas en juicios por lo criminal ya que tales artículos generalmente se transfieren a propiedad del Secretario Judicial de Miami-Dade antes del juicio.

El contenedor de acero era supervisado por la unidad de propiedades del departamento, y la plana mayor del mismo ha culpado del deterioro del contenedor y las pruebas contenidas en el mismo a la mala comunicación, falta de supervisión y la lentitud glacial con que se mueven las cosas del gobierno. Llanes dijo el mes pasado que la Ciudad había contratado a una firma para hacer una auditoría de las prácticas del Departamento de Policía y revisar lo sucedido, pero no parece que la Ciudad cuestionará en público de quién es la culpa.

“Yo no necesito una investigación para darme cuenta de que hubo negligencia en el almacenamiento de documentos y pruebas valiosas”, dijo Horacio Stuart Aguirre, presidente del Panel Civil Investigativo de Miami, y agregó: “Si yo fuera miembro de las familias de los fallecidos, y la evidencia estuviera en esos contenedores… yo estaría furioso”.

Llanes, quien puso el mes pasado un video en YouTube en el cual dijo que se había enterado del problema el 22 de septiembre, afirma que él reaccionó de inmediato cuando recibió una llamada de Castellanos. Dijo que no estaba mintiendo sobre su conocimiento anterior acerca de la condición en que estaba el depósito de almacenamiento, sino que se refería a la fecha en que se dio cuenta de que su departamento tenía una emergencia en sus manos.

“Esto siempre fue tratado como un asunto de mantenimiento [hasta que Castellanos llamó] … Hubo problemas de presupuesto. Hubo todo tipo de problemas que se interpusieron en el camino de este proceso. Fueron manejados de forma incorrecta”, dijo Llanes. “Yo no le mentí a nadie. Yo no soy así. Yo no escondí las cosas de nadie”.

Pero ahora se ha puesto en claro que la policía tenía conocimiento de que el contenedor de almacenamiento necesitaba ser reemplazado hace por lo menos cuatro años. Documentos internos de la policía obtenidos por el bloguero Al Crespo muestran que el departamento de policía supo durante años que tenía un problema, y que llegó incluso a presentar órdenes de compra de un reemplazo que no llegó nunca.

En un memo del 2012 obtenido por Crespo, el mismo Llanes señaló que una inspección no anunciada de la unidad de propiedades concluyó que el contenedor estaba pudriéndose y necesitaba ser reemplazado. En otro memo enviado casi tres años después a Llanes — ahora jefe de policía — la unidad de propiedades del departamento escribió que el contenedor tenía que ser reemplazado de inmediato, ya que su estado se había deteriorado al punto de que la evidencia había sido expuesta al medioambiente, causando que “se dañara y/o destruyera”.

El memo incluía una orden de compra de un nuevo depósito.

Pero por razones que no quedan del todo claras, la policía no recibió autorización para comprar y recibir un reemplazo del depósito de almacenamiento en proceso de deterioro durante un año más. La Ciudad emitió un pedido de licitaciones en enero, y la comisión aprobó en junio un gasto de $65,700 — sin mencionar en absoluto la contaminación de las pruebas — para dos contenedores nuevos. La policía dijo haber recibido el reemplazo más o menos en el momento en que Castellanos y varios detectives visitaron el contenedor en septiembre para revisar los expedientes de varios casos fríos y quedaron en shock ante lo que vieron.

Por el momento, todo parece indicar que los funcionarios electos de Miami se reservarán su opinión hasta que al menos puedan tener una idea de la extensión de las consecuencias del deterioro. El problema no salió a colación durante la reunión de la comisión la semana pasada, y varios comisionados dijeron al Miami Herald que no habían hablado con Llanes y no sabían lo suficiente sobre el contenido del contenedor para condenar al departamento.

El administrador de la Ciudad de Miami Daniel Alfonso, quien nombró a Llanes como jefe de policía, dijo que consideraba que el incidente era embarazoso, pero continúa apoyando al nuevo jefe. “Confío en que tenemos un jefe de policía que sabe lo que está haciendo”, dijo. “Yo lo apoyo en un ciento por ciento”.
ElNuevoherald.com

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