Es la primera vez que la Eurocámara, con una mayoría siempre partidaria de promover la candidatura turca a la UE, pide formalmente una pausa en el proceso. El camino ha sido laborioso porque algunos grupos consideraban el gesto demasiado atrevido. Pero el creciente autoritarismo del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha acabado por forjar una mayoría muy sólida a favor de la resolución, que obtuvo 479 votos a favor, 37 en contra y 107 abstenciones.
Salvo algunos desmarques individuales, seis grupos parlamentarios (populares, socialistas, liberales, la izquierda unitaria, los verdes y los conservadores británicos y polacos) la respaldaron. Solo se excluyeron de esta iniciativa los dos grupos en que se inscriben el Frente Nacional de Marine Le Pen y el UKIP de Nigel Farage.
Aunque es el Consejo Europeo —representa a los Estados miembros— el único que puede tomar la decisión, la idea, cuya paternidad se atribuyen socialistas, populares y liberales, tensa aún más las relaciones entre Bruselas y Ankara. “Las acciones del Gobierno alejan más a Turquía de su camino europeo”, constata la resolución.ElPais
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