«Mark Esper ha sido despedido. Quiero darle las gracias por sus servicios», ha escrito el todavía presidente de EEUU tras anunciar el relevo del máximo responsable de Defensa. «¡Chris [Miller] hará un gran trabajo!», ha asegurado tras su nombramiento como secretario de Defensa.
Los últimos coletazos de Donald Trump en la Casa Blanca prometen ser cualquier cosa menos tranquilos. Dos días después de conocer su derrota a manos del demócrata Joe Biden, Trump se descuelga con un nuevo despido en el seno de sus colaboradores más estrechos, y ya van unos cuantos.
Polonia preocupada
Aliados fieles de Donald Trump, los conservadores nacionalistas polacos tienen dificultades para reconocer su derrota y temen a las nuevas posiciones del presidente electo Joe Biden, crítico de las violaciones del Estado de derecho en Polonia.
Cuando el mundo saludaba la victoria del demócrata, el presidente polaco Andrzej Duda se limitó el sábado a felicitarlo «por una campaña presidencial exitosa». En el mismo sentido fue la declaración del primer ministro húngaro Victor Orban.
«Esperando el nombramiento por el Colegio electoral, Polonia está determinada a mantener una asociación estratégica de alto nivel y alta calidad para que sea una alianza aun más fuerte», agregó en su tuit.
Duda parece olvidar que hace cuatro años, felicitó a Donald Trump por su victoria inmediatamente después de la publicación de los resultados.
La televisión pública TVP, considerada como un verdadero instrumento de propaganda de los populistas en el poder, seguía el lunes presentando en su sitio internet a Joe Biden como un hombre político «que algunos medios en Estados Unidos califican de vencedor de la elección presidencial».
Durante el fin de semana, la TVP citó abundantemente las acusaciones de fraude emitidas por Donald Trump, así como de medios rusos. «La TVP se comprometió aun más que Fox News», constató el politólogo Marcin Zaborowski.
Según él, los conservadores polacos de Derecho y Justicia (PiS) «están muy tristes por haber perdido un aliado de ese peso en la escena internacional».
«Aislado en la Unión Europea, el PiS se encontraba muy cómodo con el apoyo de Trump», indicó a la AFP.
Los lazos entre ambos socios eran muy estrechos.
Desde su llegada al poder en 2015, los conservadores de PiS apostaron a las buenas relaciones con Estados Unidos, buscando con éxito reforzar la presencia militar estadounidense en suelo polaco.
Sus relaciones con la UE se caracterizaron por tensiones provocadas especialmente debido las controvertidas reformas judiciales y su rechazo de recibir migrantes.
A fines de junio, a cuatro días de la primera vuelta de las elecciones en Polonia, Duda, candidato a su reelección, visitó a Trump, quien estaba en campaña electoral.
El presidente estadounidense no ahorró elogios para su «amigo» polaco, primer dirigente extranjero invitado a la Casa Blanca desde las medidas anticovid-19 en Estados Unidos.
El jefe de Estado polaco por su parte elogió la política de su homólogo estadounidense y no programó un encuentro con el candidato demócrata.
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