A medida que avanza exitosamente la operación iniciada por el Ejército de Azerbaiyán con el objeto de recuperar su territorio ocupado en el Alto Karabaj, Armenia se está esforzando por provocar a Rusia y países occidentales.
Las autoridades armenias, alarmadas frente a las operaciones azerbaiyanas después de que el ejército armenio atacara las localidades civiles en septiembre, tratan de ocultar su fracaso en el frente y su política de ocupacionsimo divulgando informaciones infundadas. El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, que envía mensajes sin fundamento al Occidente de que “los turcos llegarían hasta las puertas de Europa y entrarían en el Transcáucaso”, está engañando al público mundial.
Está enviando mesajes con el objeto de demostrar que “está con Rusia en los conflictos” y para arrastrarlos hacia la región.
Armenia, que solicita que Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) esté en la zona, continúa con sus intentos de permitir el acceso de los soldados rusos a través de la OTSC a pesar de que el presidente ruso, Vladimir Putin, diera el mensaje que “el ejército ruso no va ir al Alto Karabaj”.
El otro método que Armenia quiere aplicar es llevar a tropas rusas bajo los aleros de “fuerzas de paz rusas” al Alto Karabaj. Dice que está dentro de las probabilidades el traslado de las fuerzas rusas a la región. Pashinián señala las obligaciones mutuas en el campo de seguridad entre Ereván y Moscú.
Armenia sigue con sus esfuerzos de provocar a Moscú a través de Turquía. Dice continuamente a Rusia que “Turquía está dispuesta para ayudar a Azerbaiyán”.
Armenia, que desplaza a los miembros de la banda terrorista separatista PKK al Alto Karabaj para que puedan combatir a Azerbaiyán, trata de ocultar los hechos, y por otra parte literalmente hace el llamado de ayuda a Rusia con la excusa de que “los terroristas podrían desatar una inestabilidad regional”.
También trata de provocar al mundo occidental dando mensajes concernientes a sus alegaciones infundadas sobre Turquía.
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