La información hecha pública hoy lunes mostró que existen síntomas de debilidad en este repunte, sobre todo en componentes clave como el consumo doméstico y la inversión empresarial, lo que arroja serias dudas sobre las esperanzas de una recuperación sostenible de la renqueante economía del país asiático.
Es la primera vez que Japón encadena tres avances trimestrales consecutivos desde 2013, algo poco habitual en los últimos años. Según los datos publicados hoy por la Oficina del Gabinete, la tercera economía mundial se expandió a su vez un 0,5% respecto al trimestre anterior, un periodo en el que el PIB del país avanzó un 0,7% interanual y un 0,2% con respecto a los tres primeros meses del año.La principal razón de la actual mejora se encuentra en las exportaciones, uno de los principales y más potentes motores del país, que avanzó un 2% interanual aupada por las ventas de componentes electrónicos y la crecida en la demanda de mercados como la Unión Europea.
A este hecho se añadió la debilidad del yen -que desde la victoria de Donald Trump se ha situado en mínimos de cuatro meses frente al dólar estadounidense-, con el consiguiente abaratamiento de la compra de productos japoneses para otros países.Pese a los buenos datos, la evolución del crecimiento está lejos de satisfacer al Ejecutivo que encabeza Shinzo Abe dados los problemas estructurales que todavía arrastra su economía. Entre ellos, el mínimo crecimiento del 0,1% del consumo doméstico, un pilar fundamental que supone prácticamente el 60% de la economía nipona, o el estancamiento de la inversión de capital corporativo, que este trimestre se mantuvo plano.
Además, la inversión pública retrocedió un 0,7% con respecto al trimestre anterior, pese a que hace unos mese el Gobierno aprobó nuevas medidas de gasto fiscal para animar la economía.Todos estos elementos forman parte de las palancas de crecimiento de "Abenomics", el agresivo programa de reformas con el que Abe prometió reactivar la economía combinando un aumento del gasto público, una política monetaria flexible y promesas de reformas estructurales, pero que hasta la fecha ha conseguido resultados muy limitados y no ha sido capaz de impulsar la economía del país.
"Sería un error pensar que la economía de Japón está ganando impulso dados los datos actuales del PIB", declaró al respecto Norio Miyagawa, economista de Mizuho Securities. "Lo peor ha pasado, pero (la economía) no se está acelerando, y no creo que las exportaciones puedan seguir siendo un motor fuerte como los datos de hoy sugieren.
Si Trump aumenta el gasto y el crecimiento de EEUU, eso podría ser una ventaja para Japón, pero no parece que haya mucho más impulso en el resto de la economía global", añadió.Precisamente, muchos analistas predicen que la evolución a corto y medio plazo de la economía japonesa estará marcada en parte por los movimientos de la nueva Administración estadounidense, cuyas políticas podrían afectar tanto a la relación comercial con EEUU (segundo socio comercial de Japón) como a los tipos de cambio.
"El yen se ha debilitado ante el sentimiento de riesgo en los mercados a raíz de las elecciones, pero todavía se desconoce cómo será el mandato de Trump y si continuará la depreciación del yen", señaló en este sentido el analista Toru Suehiro, de Mizuho Securities, a la agencia Kyodo.
El mundo.es
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