Este índice demuestra que el mercado financiero interno de Rusia ignora por completo las sanciones, informó `Bloomberg`.
Tras las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia en el verano de 2014, la rentabilidad de los bonos gubernamentales rusos denominados en rublos pasó de un 9% a un 14%, alcanzando en el momento de mayor emergencia —la caída del rublo en diciembre de 2014— hasta un 17%.
El brusco aumento de la rentabilidad de los bonos gubernamentales fue una medida económica drástica, destinada a obtener más recursos financieros y atraer a los inversores que se vieron disuadidos de invertir en los bonos rusos debido a la incertidumbre económica y política.
A lo largo del 2015 la situación fue estabilizándose, y la rentabilidad de los nuevos bonos comenzó a bajar. Ahora, casi dos años después del inicio de las sanciones, el índice de rentabilidad ha alcanzado un 8,84%, el mismo nivel que tenía antes de las sanciones, gracias a la recuperación de los precios del petróleo y a la confianza el Banco Central de Rusia, indicó la web económica rusa `Vestifinance`.
La estabilización de este índice subraya que el mercado financiero ruso ha dejado de hacer caso a las sanciones y a los riesgos políticos que conllevaban, es decir, que se ha `tranquilizado` y no prevé riesgos o convulsiones en el futuro próximo.
Vale la pena aclarar que, a pesar de la estabilidad del mercado financiero ruso, la caída del rublo ha repercutido en los beneficios totales de los inversores. Sin embargo, la moneda rusa sigue creciendo, apoyada por la normalización del mercado petrolero, lo que también contribuye a que haya pronósticos positivos.
Así, las recientes declaraciones del Departamento de Estado de EEUU en las que afirmaba que "las empresas privadas en EEUU, la UE y en todo el mundo deben entender que Rusia es un mercado de alto riesgo", resultaron un consejo dudoso, dado que las empresas que se atrevieron a invertir en los valores rusos cosechan ahora los frutos de un mercado en crecimiento, concluye `Vestifinance`.
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