El objeto modernizado podrá registrar lanzamientos tanto de misiles balísticos, como de los alados e hipersónicos desde el mar Negro y el Mediterráneo, lo que garantizará la protección del territorio ruso en las direcciones sur y sureste, informa el diario citando una fuente del sector de la industria de defensa.
De acuerdo con el interlocutor del periódico, el Ministerio tiene la opción de construir una nueva estación, lo que supone gastos más altos, y de equiparla con los aparatos restantes de otro complejo de radar, cuya construcción no fue completada.
En caso de que el ente opta por la primera opción, la estación será completada en 1,5 años y costará alrededor de 1.500 millones de rublos. Además, se necesitan 15 personas para atenderlo, escribe el medio.
La estación de Sebastopol pertenecía a Ucrania tras la ruptura de la URSS, pero después de la adhesión de Crimea a Ucrania Kiev rompió el contrato de su explotación, comenta un experto en defensa antiaérea, Mijaíl Jodarénok.
El equipo no se explotaba desde hace más de 10 años, hasta que fue reconocido completamente inútil, y en 2013 comenzó a funcionar otra estación de radar, Voronezh-DM, instalada en Armavir, región rusa de Krasnodar.
Según Jodarénok, la estación de Armavir cumplía sus funciones hasta el momento, pero debido a las recientes acciones de la OTAN y EEUU en los mares Mediterráneo y Negro surgió la necesidad de recuperar el objeto militar.
El profesor de la Academia de Ciencias Militares, Vadim Koziulin, subrayó que la misión de la nueva estación será detectar posibles lanzamientos de misiles y rechazar sus ataques y destacó que la nueva estación completará el campo de defensa de Rusia.
La semana pasada, entró en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore en la base rumana de Deveselu, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
EEUU planea construir un puesto similar con radares y misiles interceptores en Polonia, en la base de Redzikowo, a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó de visita en Rumanía que estas armas son de defensa y no debilitan la capacidad de disuasión nuclear rusa sino que deben responder a posibles ataques con misiles de corto y mediano alcance desde fuera del área euroatlántica.
El presidente ruso Vladímir Putin, a su vez, dijo que no son sistemas defensivos sino parte del potencial nuclear estratégico de EEUU emplazado en la periferia.
Moscú subrayó en reiteradas ocasiones que el aumento del potencial militar de la OTAN y el acercamiento de su infraestructura militar a las fronteras rusas representan una amenaza a la seguridad nacional de Rusia.
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