El Pentágono redirigió la mayor parte de los 1.000 millones de dólares de fondos para "prevenir, prepararse y responder" a la pandemia de coronavirus a sus contratistas de Defensa para pagar por suministros militares, como partes de motores a reacción, chalecos antibalas, uniformes de gala y otras necesidades, informa The Washington Post. El dinero de los contribuyentes fue asignado al Pentágono en el marco de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por el Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés), que fue promulgada por el presidente Donald Trump a finales de marzo.
El Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, liderado por los demócratas, indicó en su informe de ley de Defensa para el 2021 que el gasto del Departamento de Defensa del dinero asignado por la ley CARES no se distribuyó como se esperaba. "La expectativa del Comité era que el Departamento abordaría la necesidad de capacidad industrial de PPE (equipos de protección personal) en lugar de usar los fondos para la DIB (base industrial de Defensa)", escribió el Comité. Los demócratas pidieron abrir una investigación al respecto.
La subsecretaria de Defensa para Adquisiciones y Sustento, Ellen Lord, defendió la redirección de fondos en un comunicado a The Washington Post, diciendo que "debemos recordar siempre que la seguridad económica y la seguridad nacional están estrechamente interrelacionadas y que nuestra base industrial es realmente el nexo de las dos".
Por su parte, Jessica Maxwell, portavoz del Departamento de Defensa, dijo a The Hill que la Ley CARES "no establece ninguna limitación" del uso de financiamiento "únicamente en la base industrial de suministros médicos" y que ciertos gastos de Defensa eran "apropiados siempre que abordaran los impactos relacionados con el covid en la base industrial". Agregó que los impactos económicos de la pandemia "requirieron una acción rápida (...) para sostener y fortalecer las capacidades esenciales de la base industrial nacional".
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