Donald Trump anunció en la pasada madrugada que su intención es nominar a una mujer para reemplazar el hueco dejado en el Tribunal Supremo de EE.UU. por la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg. El presidente de EE.UU. dijo por la tarde a los periodistas que «con mucha seguridad» será una mujer quien sustituya a la magistrada del sector progresista, que falleció el viernes a los 87 años, y cuya muerte ha provocado una sacudida en la política del país y en la reelección de Trump, que se disputa a principios de noviembre.
El adiós de Ginsburg abre la posibilidad a Trump y a sus aliados republicanos en el Senado a reforzar la mayoría conservadora en el Supremo, que hasta ahora ha sido de 5-4 (aunque uno de los magistrados nombrado por republicanos, John Roberts, se ha alineado en ocasiones con la minoría progresista) y que pasará a ser de 6-3 cuando se confirme a la nueva jueza.
La renovación del Supremo ha desatado una batalla política entre republicanos y demócratas, por ocurrir a pocas semanas de las elecciones, en las que se pone en juego la Casa Blanca y la renovación del Congreso, además de cargos estatales. La elección de los jueces del Supremo, que en los años venideros será decisivo en asuntos como aborto, derechos LGBT, acceso a armas o financiación electoral, es una de las grandes prioridades del electorado, sobre todo del conservador
Los demócratas han acusado a los republicanos de la «más alta hipocresía» por bloquear en 2016 durante ocho meses a un juez nominado por el expresidente Barack Obama. La nominación del candidato corresponde al presidente y su confirmación, al Senado. Entonces, como ahora, el Senado estaba bajo mayoría republicana. Ahora, sin embargo, los republicanos han cambiado de opinión y están dispuestos a permitir que se vote al nominado por Trump.
El éxito de esta operación dependerá de que no haya defecciones en sus filas. Los demócratas necesitan cuatro republicanos contrarios a que se vote al candidato hasta que no haya un resultado de las elecciones presidenciales. Dos senadoras, Lisa Murkowski y Susan Collins, ya han anunciado que su intención es esperar hasta que se sepa la opinión de las urnas. Pero será complicado que se amplíe la revuelta.
Trump dijo que su intención de conseguir un nuevo magistrado conservador en el alto tribunal «vaya muy rápido». En 2016, su compromiso a colocar jueces conservadores en el Supremo fue una de las claves de su conquista del electorado conservador. «¡Ocupa la vacante!», fue uno de los gritos de guerra que se escuchó este sábado por la noche en el mitin que Trump dio en Carolina del Norte, uno de los estados en los que la situación está empatada entre él y el candidato demócrata, Joe Biden, que ha insistido en que hay que esperar al resultado electoral para elegir juez.
El presidente maneja una lista de 45 posibles nominados a juez. Dos mujeres de la lista, Barbara Lagoa y Amy Barrett, ambas de corte conservador, están entre las favoritas. Trump dijo que las dos «son muy respetadas».
abc
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