La clave del ascenso al poder de Donald Trump es cómo un magnate del ladrillo, hijo de millonario, un «playboy» urbano que se libró de Vietnam por sus contactos se convirtió en el referente del americano modesto, del granjero devoto, del parado en una cuenca minera abandonada. Joe Biden trató este jueves por la noche de recuperar el territorio de la clase media que Trump arrebató a los demócratas en algunos estados industriales en 2016 y que le permitieron llegar a la Casa Blanca. Lo hizo desde Pensilvania, un estado que el presidente se anotó hace cuatro años y que dentro de mes y medio será decisivo.
Biden tiene, a primera vista, mayores credenciales para ello que el multimillonario neoyorquino. Pasó los primeros años de su vida en Scranton, una ciudad de pasado industrial glorioso, ahora deteriorado. Creció sin lujos y su familia acabó por mudarse a Delaware, donde Biden acabó por hacer su carrera política. Pero hoy Pensilvania es mucho más determinante que Delaware, un estado de fuerte implantación demócrata. Por eso Biden trata de recordar sus orígenes en Scranton siempre que puede. El jueves protagonizó un encuentro con votantes televisado por CNN a 15 kilómetros de donde nació, con el objetivo de retratarse como el candidato de la clase media.
«Veo esta campaña como una campaña entre Scranton y Park Avenue», dijo en referencia a la avenida neoyorquina, una de las más exclusivas de la ciudad, alrededor de la que se concentran muchas de sus grandes fortunas. «Todo lo que Trump ve desde Park Avenue es Wall Street. Él solo piensa en la Bolsa», dijo sobre el presidente, al que acusó de minimizar los riesgos de la pandemia para no afectar a los mercados financieros y no debilitar la posibilidad de su reelección. «En mi barrio de Scranton no hay mucha gente que tenga acciones».
Biden utilizó el encuentro con votantes para atacar la gestión de la pandemia -«no creo al presidente sobre vacunas, creo al doctor Fauci», dijo sobre la posibilidad de una vacuna a corto plazo, en la que Trump insiste contra la opinión de las autoridades médicas- y para buscar la conexión con la clase media en cada oportunidad. Por ejemplo, que él, al contrario que Trump (que fue, precisamente, a Wharton, en Pensilvania), no estudió en una universidad elitista.
Biden buscó también combatir la idea que Trump propaga sobre su posición contraria a los cuerpos de policía y condenó , como ha hecho hasta la saciedad en los últimos meses, «todas las formas de violencia en las protestas», asuntos que son clave para el votante moderado que busca cortejar en estados bisagra como Pensilvania.
abc
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