Desde junio de 2016, Reino Unido se enfrascó en un complicado proceso de negociaciones, que ha cobrado los cargos de dos primeros ministros, y ahora se enfrenta a un proceso de divorcio de la Unión Europea en medio de una pandemia y de muchos retrasos.

Aun así, el euroescepticismo impulsado por varios partidos populistas en países del bloque sigue vigente, aunque en algunas naciones más que en otras.

Tal es el caso de Italia, en donde a finales de julio el periodista y ahora senador Gianluigi Paragone creó el partido Italexit (No Europa Per L’Italia – Italexit con Paragone).

El objetivo de Paragone (conservador y exmiembro del Movimiento 5 Estrellas) es exactamente el mismo que tenían los euroescépticos de Reino Unido con el brexit: abandonar la Unión Europea.

En entrevista con la Agencia Anadolu, el politólogo y máster de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del grupo de investigación español Politikon, Roger Senserrich, explicó que “los italianos son más antieuro que los otros países. La percepción en Italia es que el euro ha hecho bastante daño a su economía”.

Ese es el principal reclamo del partido, que sostiene en su manifiesto que “sin soberanía monetaria Italia nunca podrá volver a ponerse de pie” y que esta misma soberanía es la base de la independencia de cualquier nación.

De acuerdo con Senserrich, hay diferentes tipos de euroescepticismo: aquel de izquierda total, como en Grecia, Ibiza o España (con Podemos), que afirma que la UE es “una construcción neoliberal que solo favorece a las empresas y acaba perjudicando a los trabajadores”, y otro de derecha, que lo que hace es “combinar un poco ideas que son de izquierda y de derecha en una mezcla populista peculiar”.

Según el politólogo, este tipo de euroescepticismo, cuyo ejemplo por excelencia es el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), que defendió el abandono por parte de Reino Unido de la Unión Europea, ahora también está representado por el Italexit. Son partidos “de izquierda en algunos temas económicos y son nacionalistas en otras cosas de política migratoria”.

Así nace el partido de Paragone, quien días antes de anunciar oficialmente la creación de su partido se reunió con Nigel Farage, líder de UKIP. Después de la reunión, el senador italiano aseveró que solo un Estado soberano, como lo es Reino Unido, podría combatir la crisis pospandémica.

Sin embargo, y curiosamente, el partido se creó un día después de que la Unión Europea aprobara el fondo de recuperación de la pandemia, del cual el 28% -lo que equivale a 210.000 millones de euros- será destinado a Italia, uno de los países más azotados por la COVID-19.

Con respecto al éxito que pueda tener el partido o la intención de Paragone, Senserrich afirma que es “posible, no es probable, pero es posible. Depende mucho de lo que hagan el resto de partidos”.

“Lo que sucedió, sobre todo en Reino Unido, no fue tanto que UKIP tuviera éxito, sino que los conservadores temían perder votos de UKIP”, agregó el politólogo.

“Básicamente, para asegurar el flanco derecho de su partido, dieron coba y autorizaron la celebración del referendo y con ello movieron parte de su electorado hacia el euroescepticismo”.

No obstante, Senserrich explicó que el divorcio de la Unión Europea era mucho más probable para Reino Unido que para Italia, en vista de que el sistema electoral en Italia es más proporcional que el de Londres, donde se maneja uno mayoritario, “así que es menos probable que haya un desplazamiento de los partidos de la derecha italiana hacia el italexit”.

Pero, tal y como se ha visto con otros procesos, como el mismo brexit, donde la opinión pública garantizaba un resultado diferente al que realmente ocurrió, Senserrich señaló que es mejor pensar en varios escenarios más que apostar por uno solo.

“También tienes el problema de que el Movimiento 5 Estrellas como partido está muy debilitado y está prácticamente desintegrándose, así es que es muy difícil decirlo. Puede ser que el partido Italexit ocupe un espacio dentro del Movimiento 5 Estrellas, puede que no. Puede que haga daño a la Liga (Norte) fragmentando el voto de la Liga y que el Movimiento 5 estrellas parezca más razonable, siendo un partido proporcional, teniendo otros dos partidos en la derecha rebotando con él; dependerá más de las decisiones de otros y cuánto temor pueda generar en las decisiones de otros para ver si captura la agenda del país o no”.

Entre tanto, Senserrich afirma que la sociedad italiana en su mayoría se quiere quedar en el bloque, no tanto como España y Alemania, “que son abrumadoramente europeístas”.

La Unión Europea, ¿al borde del colapso?
En una entrevista para el diario La Repubblica, Paragone afirmó que la Unión Europea estaba “al borde del colapso”.

Al respecto, Senserrich aseguró que el bloque ha estado al borde del colapso desde su creación, en 1957 y, sin embargo, se mantiene en pie.

Para el politólogo, la UE es un sistema “burocrático, complicado y difícil de seguir, pero no me parece que esté al borde del colapso. O sea, las dependencias e interrelaciones entre los Estados son tan fuertes que es muy difícil decir que pueda colapsar, más entre aquellos que comparten una moneda”.

Senserrich indicó que la UE requiere numerosas reformas y se somete a varias regularmente, y la prueba de que está lejos de colapsar fue el mismo fondo de recuperación pactado en julio para contrarrestar las consecuencias de la pandemia: “Es muy difícil decir que una unión como la UE esté al borde del colapso cuando acaba de aprobar por primera vez el primer mecanismo de cooperación fiscal directa de su historia”.

La creación de este fondo, el cual Senserrich califica como un “salto bestial hacia adelante para la Unión”, fue controvertido y luchado, ya que tuvo la oposición de varios Estados miembros, pero al final los 27 países acordaron un monto de EUR 750.000 millones para la recuperación económica del bloque.

La lucha de Reino Unido por lograr el brexit
Una de las motivaciones de Paragone para crear el Italexit fue ver el “éxito” que tuvo Reino Unido al separarse de la Unión Europea. Sin embargo, este es un proceso que aún no termina y no se sabe si realmente el primer ministro Boris Johnson cantará victoria al final.

“El problema principal del brexit es que Reino Unido quiere todas las ventajas de la Unión Europea, y no quiere ninguno de los inconvenientes. Y de lo que se están dando cuenta es que muchas de las cosas que creían que eran inconvenientes tampoco lo eran”, opinó Senserrich.

El experto señaló que el país se encuentra en una encrucijada, pues “si quieren un tratado de libre comercio tendrán que aceptar absolutamente todas las regulaciones europeas porque si no, no pueden estar con ellos".

“Los tratados de la Unión Europea funcionan así: yo soy una tachuela, la Unión Europea es un monstruo de 420 millones de habitantes y si me dicen salta, pues tengo que saltar”, manifestó Senserrich, quien destacó que si Reino Unido no quiere suicidarse económicamente, deberá aceptar las condiciones del bloque.

“Si vives al lado de un monstruo, tienes la opción de tragar lo que te deja el monstruo o intentar participar en él, y el Reino Unido ha decidido tragar”.

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