El tifón, que llegó al archipiélago nipón el 6 de septiembre, provocó la cancelación de al menos 579 vuelos, así como de los servicios de trenes bala en Kyushu.
Unos 475.000 hogares, principalmente en las prefecturas de Kagoshima y Nagasaki, se vieron afectados por apagones, según la empresa Kyushu Electric Power Co.
Alrededor de 8,5 millones de personas, según Kyodo, recibieron órdenes de evacuación o recomendaciones de trasladarse a lugares seguros debido a la amenaza de inundaciones y deslaves.
Cuando Haishen ya se estaba moviendo rumbo a la península de Corea, la Agencia Meteorológica de Japón instó a la población a mantenerse alerta ante el riesgo de lluvias torrenciales, fuertes vientos y marejadas.
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