Si Donald Trump gana las elecciones presidenciales de noviembre, durante su segundo mandato podría impulsar la retirada de EE.UU. de la OTAN, asunto que ya ha sacado a colación en conversaciones privadas. Eso temen algunos exfuncionarios de Seguridad Nacional de alto rango en la Administración de Trump que han hablado con The New York Times.
Las fuentes del periódico señalaron que este paso sería uno de los mayores cambios estratégicos a nivel mundial en generaciones, y una gran victoria para Vladímir Putin.
Thomas Wright, director del Centro sobre Estados Unidos y Europa de la Institución Brookings, sostuvo que el retiro estadounidense de la OTAN "es un riesgo real". "Sabemos por Kelly y Bolton que [Trump] quería ir mucho más lejos en el primer mandato. Si siente que ha sido totalmente reivindicado en las elecciones y que la gente ha apoyado sus políticas, creo que efectivamente podría retirarse de la OTAN", comentó a The New York Times.
Si bien lo más probable es que el Congreso trataría de bloquear cualquier intento de Trump en ese sentido, los expertos opinan que el presidente podría salirse con la suya a su manera. Por ejemplo, reinterpretando una disposición del tratado original en su artículo 5, sobre la autodefensa colectiva, que los mandatarios anteriores de EE.UU. percibían como una promesa de defender a cualquier miembro de la alianza frente a todo ataque militar.
Wright sostuvo que Trump podría interpretarlo como "Puedo tan solo enviar una carta con palabras fuertes".
El gasto en defensa es uno de los principales puntos de fricción entre Europa y EE.UU. Trump ha estado presionando a Berlín por no invertir en defensa el 2 % del PIB nacional, cifra acordada por los miembros de la OTAN en 2014, durante el Gobierno de Obama, y anunció la retirada de miles de soldados estadounidenses desplegados en Alemania.
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