Polvo radiactivo hallado en las profundidades del fondo marino sugiere que la Tierra se está moviendo a través de una nube radiactiva gigante producto de la explosión de una estrella. Continuamente, durante los últimos 33.000 años, desde el espacio ha caído una suerte de «rocío cósmico» que ha regado la Tierra con un raro isótopo de hierro que solo se crea en supernovas. A este extremo es al que llegan las conclusiones de un estudio que acaba de publicarse en la revista « Proceedings of the National Academy of Sciences».
No es la primera vez que el isótopo, conocido como hierro-60, ha sido detectado aquí. Pero contribuye a la creencia de que tal polvo aún está cayendo sobre nuestras cabezas, ya que aún nos estamos moviendo a través de la nube interestelar que podría haberse originado a partir de una supernova hace millones de años.
Llegado de algún lugar
El hierro-60 ha sido objeto de varios estudios: tiene una vida media de 2,6 millones de años, lo que significa que se desintegra completamente después de 15 millones de años, por lo que cualquier muestra que se encuentre aquí en la Tierra debe haber sido depositada desde otro lugar, ya que no hay forma de que el hierro-60 haya sobrevivido a la formación el planeta hace 4.600 millones de años.
El físico nuclear Anton Wallner, de la Universidad Nacional de Australia y principal autor de este nuevo estudio, fechó anteriormente los depósitos del lecho marino hace 2,6 millones y 6 millones de años, lo que sugiere que los escombros de las supernovas habían llovido sobre nuestro planeta en aquellos momentos.
Sin embargo, hay pruebas de que este polvo de estrellas se ha precipitado hace menos tiempo. Por ejemplo, los restos hallados en nieve antártica sugieren que ese hierro-60 debería haber caído en algún momento en los últimos 20 años. Y, hace unos años, los científicos anunciaron que se había detectado hierro-60 en el espacio alrededor de la Tierra, medido durante un período de 17 años por el Advanced Composition Explorer de la NASA.
Ahora Wallner ha encontrado más material en cinco muestras de sedimentos de aguas profundas de dos lugares que datan hace 33.000 años. Y las cantidades de hierro-60 en las muestras son bastante constantes durante todo el período estudiado.
Más preguntas que respuestas
A pesar de lo que pueda parecer, este hallazgo plantea más preguntas de las que responde. La Tierra se está moviendo actualmente a través de una región llamada Nube Interestelar Local, compuesta de gas, polvo y plasma. Si esta nube fue creada por la explosión de estrellas, entonces es razonable esperar que esté «empolvando» la Tierra con una lluvia muy débil de hierro-60.
Pero si la Nube Interestelar Local es la fuente del hierro-60, debería haber habido un fuerte aumento cuando el Sistema Solar se metió dentro de la nube, lo que, según los datos del equipo, es probable que ocurriera en los últimos 33.000 años. Como mínimo, la muestra más antigua debería haber tenido niveles significativamente más bajos de hierro-60. Pero no es así.
En primer lugar, si la nube no fue formada por una supernova, ¿de dónde vino? Y en segundo lugar, ¿por qué hay hierro-60 tan uniformemente repartido por el espacio? «Hay artículos recientes que sugieren que el hierro-60 atrapado en partículas de polvo podría rebotar en el medio interestelar», afirma Wallner. «Así que el hierro-60 podría originarse a partir de explosiones de supernovas aún más antiguas, y lo que medimos es algún tipo de eco. Se necesitan más datos para resolver estos detalles».
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