El turismo nacional e internacional se igualan por primera vez durante 30 años en Barcelona

  24 Agosto 2020    Leído: 618
El turismo nacional e internacional se igualan por primera vez durante 30 años en Barcelona

El drástico descenso de visitantes internacionales baja las reservas hoteleras a un 16,7% sobre el máximo anual

Bermudas, gafas, gorras, chanclas, palos de selfi y su propia fisonomía foránea los delataba a la legua. Pero este verano sin turismo internacional casi los ha borrado del horizonte barcelonés, dejando una estadística que no se veía hace décadas: las reservas hoteleras de viajeros extranjeros (52%) casi se han equiparado a las procedentes del resto de España en la capital catalana por primera vez en 30 años. Ambas en cifras mínimas, ya que en la última semana han sumado solo un 16,7% respecto al máximo de principios de año. Las búsquedas sobre Barcelona en Google también se han desplomado en todo el mundo, con algo de relevancia tan solo en el sur de Francia, que se ha convertido en emisor de viajeros de última hora muchas veces llegados en coche o tren.

La apertura de fronteras el 22 de junio y la eclosión de los rebrotes apenas unas semanas después han dibujado una radiografía efímera y cambiante de la evolución del turismo estival en la capital catalana. Salta la vista que su peso está siendo mínimo todo el verano. El sector recuperó el optimismo a principios de julio, pero el anuncio de nuevas restricciones por parte del Govern y las alertas de otros mercados como Francia y Reino Unido sobre la situación sanitaria de Catalunya supusieron un claro retroceso en las reservas, que no han levantado el vuelo. A principios de mes rondaron el 20% del máximo anual, pero desde el día 10 volvieron a bajar, según recoge el último informe (datado del 21 de agosto) del Observatori del Turisme a Barcelona.

Normalmente, las reservas se realizan con unos tres meses de antelación, razón por la cual a principios de año marcaron su máximo anual, de cara a la primavera y el verano. Las reservas no son equiparables a ocupación, pero sí muestran el interés en un destino. En cambio, tras la pandemia se ha impuesto el 'last minut', con todo viajero pendiente de las restricciones del momento, y contrataciones con apenas una semana de antelación, bajo mínimos.

El periodo que analiza el último informe es la semana del 10 de agosto, cuando la ciudad sumó 122 hoteles operativos, tras el cierre de dos y la reapertura de uno esos días. En este sentido, la oferta total de plazas hoteleras disponibles es de casi 26.000, lo que viene a representar un 35% de la capacidad real de Barcelona. Las camas activas se concentran sobre todo (77,7%) en el Eixample, Sant Martí y el barrio Gòtic (Ciutat Vella).

De uno de cada cinco a la mitad
Los índices de ocupación y número de turistas alojados están aún pendientes de tabulación, pero sí se sabe la composición general de ese huésped, que por primera vez en muchos años casi se equipara en proporción internacional y nacional, cuando hasta el verano pasado la cuota del primero representaba casi el 80%, destacan fuentes de Turismo de Barcelona. Hay que remontarse a 1990 para encontrar una proporción del 51% de viajeros nacionales, que en 1993 ya eran un 38,5% y han ido reduciéndose proporcionalmente año tras año en la medida en que se disparaban los visitantes de todo el mundo.

Tampoco se conoce aún el detalle por nacionalidades, pero tanto el consorcio como distintos hoteles consultados destacan claramente a Francia como principal mercado emisor, seguido de Italia. Las estancias son más cortas y el transporte que más ha crecido es el tren, aunque muchos viajeros optan por viajar en coche, y este año más en pareja o con amigos que en familia. La improvisación es tal esta temporada que el 82% de los que se alojan en la ciudad no lo tenía previsto hace unos meses, y para casi una tercera parte el covid-19 ha afectado a su forma de viajar, la duración de la estancia y las actividades en el destino.

La parálisis del sector que vive Barcelona, comparable a la de tantas otras grandes ciudades europeas, se observa también en el desinterés por buscar información de la ciudad en internet, algo que ya preveía el Gremi d’Hotels en un verano marcado por el rechazo a los destinos urbanos tras un largo confinamiento. El informe detecta las búsquedas por Google desde Europa (en esencia desde Llenguadoc-Rosselló y Migdia-Pirineus) muy por debajo de las de España. Pero hay que matizar que la mayoría proceden en concreto del resto de Catalunya.

Playa y gastronomía
La gente busca mar o montaña de proximidad, y ahí radica la explicación de que los números sean más favorables en búsquedas para el llamado Destino Barcelona, que abarca el conjunto de la provincia: desde el interés por una escapada al Garraf o al Maresme, entre las dos comarcas más buscadas. También procedentes sobre todo del resto de Catalunya, apostando por el turismo dentro de la comunidad. En el caso de los llegados a la capital catalana, las principales motivaciones son la playa, la gastronomía y pasear por la metrópolis y sus espacios verdes.

En toda la provincia, las reservas crecieron esa semana hasta representar el 71%, respecto a las efectuadas en enero. Ocho de cada diez eran nacionales, destaca el Observatori, y muchas veces con apenas cuatro días de antelación.

Quienes se alojan en Barcelona o simplemente la visitan como excursión desde un punto de la costa, se encuentran ahora con un 72% de la oferta de equipamientos culturales monitorizados abiertos.

elperiodico


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