Sicilia ha dicho «basta ya de inmigrantes», desatándose una crisis política nacional y fuerte disputa entre el Gobierno central y el regional (Sicilia es una de las cuatro regiones autónomas instituidas por la Asamblea Constituyente italiana en 1948). La drástica medida la anunció Nello Musumeci, líder de un partido autonomista, elegido presidente de Sicilia en 2017 con los votos del centro-derecha: «Sicilia no puede seguir sufriendo esta invasión de inmigrantes, mientras Europa mira hacia otro lado y el Gobierno no hace nada. Basta: hemos tenido hasta ahora demasiado respeto institucional sobre esta emergencia. Con una ordenanza, pongo en marcha la evacuación de todos los “hotspot” (lugares de registro de inmigrantes) y los centros de acogida».
Musumeci adoptó la decisión tras una tensa y complicada jornada con desembarcos de inmigrantes, que siguen llegando en las últimas semanas por el buen tiempo en el Mediterráneo. Muchos de ellos traen el coronavirus. Musumeci dio incluso un plazo de 24 horas al Gobierno para proceder al desalojo de los inmigrantes fuera de la isla: «Mañana (por hoy), a medianoche, todos los inmigrantes deberán ser llevados fuera de la isla isla. Debe activarse inmediatamente un puente aéreo para que Sicilia se libere de estas estructuras vergonzosas, empezando por Lampedusa», que depende administrativamente de Sicilia.
Respuesta del Gobierno
De inmediato, el Gobierno hizo saber al presidente siciliano que la inmigración es una cuestión de competencia estatal, por lo que una ordenanza regional no puede modificar las medidas del Ejecutivo. De todas formas, fuentes del Ministerio del Interior aclararon que no se busca una pelea con el presidente siciliano Musumeci, porque hay constancia evidente de que la isla está sometida a una presión excepcional con la inmigración.
El Gobierno ha dado a entender que se hará todo lo posible para evitar la tensión y paliar el grave problema que se vive en esa región. Además de ver sus centros de acogida de inmigrantes saturados (el viernes en el de Lampedusa había 1.400 inmigrantes, cuando su capacidad es para 200), Sicilia teme la difusión del virus.
De los 874 infectados actualmente por Covid-19 en la región siciliana, muchos son inmigrantes. «Los inmigrantes son el grupo más importante de contagiados, con más de 280 positivos, que representan entre el 30 y el 40 por ciento del total de infectados», dijo el consejero de Sanidad siciliano, Ruggero Razza.
Musumeci ha recibido el aplauso de los líderes de la derecha. Su aliado, Matteo Salvini, en permanente campaña electoral para las elecciones del 20 y 21 de septiembre en seis regiones italianas, ha expresado solidaridad al presidente siciliano: «Puertos abiertos de par en par, continuos desembarcos , revuelta de administradores locales. No se puede ya aguantar este gobierno clandestino», escribió Salvini en un tuit.
Mientras el Gobierno dice a Musumeci que su ordenanza no tiene valor, el presidente siciliano fue acusado de irresponsable por líderes de los partidos de centro-izquierda que forman la coalición de gobierno. Matteo Orfini (PD) ha pedido que «Musumeci dimita si no es capaz de administrar su región». Duro también el responsable de Seguridad del Partido Democrático, Carmelo Miceli: «Ordenanza es ilegítima, transforma Sicilia en una tierra xenófoba». Musumeci replica: «Seguimos adelante con nuestro plan».
abc
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