Las fuerzas especiales de Estados Unidos operan en 22 naciones africanas, marcando la segunda mayor presencia militar tras Oriente Medio, extensión de la que tanto los autóctonos como el público estadounidense tienen poca idea.
La muerte de cuatro militares estadounidenses en una emboscada en Níger en el 2017 fue una sorpresa para muchos, incluidos miembros del Comité de Servicios Armados del Senado, que no estaban al tanto ni siquiera de la presencia de fuerzas estadounidenses en ese país africano.
Según informa el medio sudafricano Mail & Guardian, el año pasado algunas de las tropas más letales del Pentágono estaban presentes en Argelia, Botsuana, Burkina Faso, Camerún, Cabo Verde, Chad, Costa de Marfil, Yibuti, Egipto, Etiopía, Ghana, Kenia, Libia, Madagascar, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Somalia, Tanzania y Túnez.
Con las botas sobre casi la mitad de las naciones africanas, el continente ocupa el 14% del despliegue de los comandos estadounidenses en el extranjero, la mayor concentración de tropas de EE.UU. tras Oriente Medio.
Algunas de esas misiones en África están destinadas a entrenar a las fuerzas locales, mientras otras involucran combates directos. El Mando África de EE.UU. (AFRICOM), que caracteriza estos despliegues como 'AAA' -'asesorar, asistir y acompañar'-, reconoció mantener 70 de tales misiones en el este de África en el 2018, hasta 46 el año pasado y 7 en lo que va de año.
Algunos de los gobiernos que cuentan con el apoyo de estos contingentes podrían usar las habilidades obtenidas de los militares norteamericanos para cometer crímenes, puesto que la presencia de EE.UU. es vista como la legitimización de tendencias autoritarias, sostienen expertos citados por el medio sudafricano.
Así, Human Rights Watch citó pruebas en julio pasado de la implicación de fuerzas gubernamentales en una masacre en la localidad de Djibo, en el norte de Burkina Faso, país al que EE.UU. asiste en el entrenamiento de operaciones de contrainsurgencia.
La presencia militar de EE.UU. ha sido calificada de "leve y relativamente barata" por el comandante del Mando África, el general Stephen Townsend.
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