Se alió en ése propósito con otras dos mujeres, Verónica Tsepkalo, esposa de otro político represaliado y huida actualmente en Moscú, junto con su cónyuge, y María Kolésnikova, representante del banquero Víctor Babariko, a quien tampoco le fue admitida su candidatura y que también está en prisión.
Tijanóvskaya siempre subrayó su condición de política sobrevenida por la necesidad y las circunstancias. Pero ahora ha demostrado que lo que más le importa en este mundo son sus hijos, un niño de 10 años y una niña de 4. El 20 de julio se supo que ya no estaban en Bielorrusia y que habían partido con la abuela con destino a un país de la Unión Europea, Lituania según confirmaron después. Tijanóvskaya explicó en una entrevista al canal alemán DW que quería ver a sus pequeños en un lugar seguro.
abc
Etiquetas: