"Apoyo a quienes piden un recuento de votos transparente y preciso y la liberación de todos los presos políticos. También pido al presidente Lukashenko que respete los derechos de los manifestantes pacíficos y se abstenga de nuevos actos de violencia", señaló Biden en una declaración.
El candidato demócrata criticó a las autoridades de Bielorrusia por reprimir granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma a los ciudadanos que protestan pacíficamente tras unas elecciones "marcadas por el fraude".
"El régimen de Lukashenko cortó el acceso a Internet, arrestó a manifestantes y periodistas independientes y trató de amordazar a observadores extranjeros. Estas no son las acciones de un líder político que confía en haber ganado una elección justa", afirmó Biden.
Alexandr Lukashenko, que gobierna Bielorrusia desde 1994, se aseguró el sexto mandato al reunir un 80% de votos en las presidenciales del 9 de agosto, frente a un 10% de la candidata opositora, Svetlana Tijanóvskaya, según los últimos datos de la Comisión Electoral Central.
La oposición se negó a reconocer el escrutinio oficial al afirmar que Tijanóvskaya habría conseguido entre el 70 y el 80% de los apoyos.
Tras el cierre de las mesas electorales, miles de personas se echaron a la calle en Minsk y otras ciudades de Bielorrusia para expresar su descontento con el recuento oficial, lo que derivó en enfrentamientos con la policía.
Al menos un manifestante murió durante los disturbios y un centenar sufrieron heridas, según el Ministerio del Interior del Bielorrusia. También hay decenas de heridos entre los agentes del orden, según el Comité de Investigación. Durante la primera jornada de protestas postelectorales en Bielorrusia, la policía detuvo a unas 3.000 personas.
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