Atalanta - PSG
En el país del catenaccio, el Atalanta es el perro verde, aunque bendito perro verde para los amantes del fútbol ofensivo. Con 98 goles, los de Gasperini se ha convertido esta temporada en el primer equipo en sumar tal barbaridad de dianas en la Serie A desde que lo hiciera la Juve en 1952. Su estilo desenfadado y al ataque total le viene de maravilla a partido único, y aunque el papel de favorito es incuestionable para el PSG, se debe andar con mucho cuidado el equipo francés, que nunca ha llegado a unas semifinales de la Champions y tiene una serie de bajas que pueden condicionar el partido.
Cavani ya no está en el equipo, una vez acabado su contrato, Kurzawa es baja segura por lesión y Di María por sanción, Verratti tiene tocado el muslo y es seria duda, y el gran interrogante será el estado de Kylian Mbappé, lesionado en la final de la Copa de la liga francesa, hace tres semanas, y con muy pocas opciones de llegar a este partido de cuartos. Así que Tuchel puede verse sin cuatro titulares, aunque también el Atalanta tiene una ausencia de calado. El esloveno Ilicic, uno sus futbolistas más destacados, no estará en Lisboa. Distintos problemas personales le tienen apartado momentáneamente del fútbol, lo que debilita el potencial de los de Gasperini, pero haría mal el PSG si no se toma el partido muy en serio.
Leipzig - Atlético
El Atlético es el único equipo, junto a Barcelona y Bayern, que sabe lo que es jugar una final de Champions. Muy frescas tiene aún las de 2014 y 2016, ambas perdidas contra el Real Madrid. Para fortuna de los colchoneros, los de Zidane ya están de vacaciones.
El sorteó colocó al Atlético en el parte más sencilla del cuadro, aunque conviene recordar que está en Lisboa tras cargarse en marzo al Liverpool, campeón de la pasada edición. Ahora, el caprichoso bombo y sus bolas le emparejan con el R.B. Leipzig, el equipo rico y odiado de Alemania, con solo once años de historia pero ya en unos cuartos de Champions. Ahí está gracias al descaro y el atrevimiento de Nagelsmann, a sus 33 años el técnico más joven de todos los presentes en Lisboa. Un entrenador que reúne un poco de Simeone, otro de Guardiola y también de Zidane. Un técnico que podría aún ser perfectamente futbolista pero que las lesiones le recondujeron a los banquillos con poco más de veinte años. La baja de Werner, fichado por el Chelsea, debilita el potencial de Leipzig, pero el Atlético debe tener mucho cuidado. Los de Simeone no andan sobrados a pesar de su gran final de Liga, pero el Cholo tiene la experiencia y la sapiencia en Europa que le falta a su homólogo en el banquillo
Barcelona - Bayern
La casuística ha hecho que los dos únicos campeones de Europa que aún siguen vivos en la competición se vean las caras en los cuartos de final. Bayern (4 Champions) y Barça (5) se miden en el duelo más igualado de cuartos, pero si nos olvidamos un poco de la historia de ambos clubes y ponemos el foco única y exclusivamente en esta temporada y en el final de la misma, sobre el papel hay bastante más desigualdad de la que se supondría. El equipo alemán ha ganado la Bundesliga y la copa alemana con solvencia y, a pesar de haber estado un mes de vacaciones, el asueto no ha mermado el momento de forma de los de Flick, que arrasaron al Chelsea (4-1) en la vuelta de octavos, con Lewandowski en plan estelar, como durante toda la temporada.
El conjunto bávaro tiene velocidad y desborde en las bandas, tanto en los laterales con Pavard y Davies como en los extremos con Gnabry y Coman, Muller vive una segunda juventud, Kimmich y Goretzka dominan el centro del campo y el ariete polaco es una máquina de hacer goles. La lentitud de Boateng y también la de su sustituto, Sule, y la irregularidad de Neuer son sus dos puntos flojos, pero también cuenta con un banquillo lleno de talento y experiencia -Thiago, Coutinho, Perisic o Javi Martínez-. Todo esto frente a Messi, Ter Stegen y poco más, porque este Barça vive las genialidades del argentino y de las paradas del alemán. Parece poca medicina para vacunar a un Bayern tan poderoso.
Manchester City - Olympique de Lyon
Tras cinco meses sin competir, el Olympique fue capaz de presentarse en Turín, competir y eliminar a la Juventus, que acababa de ganar su noveno Scudetto consecutivo y que llevaba dos meses de partidos cada tres días. Es la paradoja del fútbol, que nunca dejará de sorprendernos. Sin ninguna duda la presencia del equipo francés en la final a ocho de Lisboa es la gran sorpresa de la Champions, y todo lo que sea avanzar más será un milagro. A los de Rudi García le ha tocado bailar en los cuartos con la más fea, el City de Guardiola, el máximo favorito para ganar el torneo aunque en su historia solo haya llegado una vez a las semifinales de la competición, en 2016.
Los ingleses ya demostraron ante el Madrid que ni siquiera la baja del Kun aminora un gramo su potencial. Equipo con numerosos recursos tácticos, una bala arriba llamada Sterling, un nueve currante y de poderoso físico como Gabriel Jesús y un banquillo lleno repleto de planes B, C y D por si el partido coge el camino equivocado. Además su temporada en blanco ha engordado el apetito de Champions y son conscientes que en este actual formato no tendrán una oportunidad tan buena de meterse por fin en una final.
El Olympique tiene Depay como estrella y al joven Cornet como futuro líder del equipo, además de un gran técnico, pero la defensa de antoja muy endeble para detener el arsenal ofensivo de los de Pep.
abc
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