El Mercosur vive una crisis institucional desde julio de este año cuando Uruguay terminó su presidencia semestral mientras Argentina, Paraguay y Brasil, en ese momento bajo un Gobierno interino, no aceptaban que asumiera el mando Venezuela.

Los tres países pusieron reparos a que Caracas asumiera la jefatura rotativa del bloque porque dudaban de las garantías democráticas del país caribeño, sumido en una grave crisis interna. Uruguay, en cambio, afirmaba que Venezuela debía asumir la presidencia del Mercosur, y que solo podía impedirse que lo hiciera activando la carta democrática, un extremo al que ninguno de los Gobiernos quiso llegar. En cambio se optó por suspender a Venezuela como miembro pleno, alegando que lleva retraso en adoptar las normas del bloque en su ordenamiento interno, dándole como plazo el 1 de diciembre.

La resolución, que solo podía adoptarse por consenso, fue posible porque Uruguay se abstuvo. Venezuela prefirió ignorar este hecho y se declaró en pleno ejercicio de la presidencia del Mercosur. Rousseff cuestionó en una conferencia de prensa brindada en la sede del partido oficialista Frente Amplio (izquierda), si no debería aplicarse la carta democrática a su país, Brasil, pues el proceso para destituirla no mostró que la mandataria hubiera cometido delitos de responsabilidad, pese a lo cual el Senado brasileño la despojó de su cargo.

"Me pregunto si no habrá que aplicar la cláusula a Brasil", dijo la exmandataria que fue enfática en recalcar que "es lamentable la situación del Mercosur". Rousseff visitó Uruguay el 4 de noviembre invitada por el Frente Amplio y la central única de trabajadores de este país, PIT-CNT.
Sputnik

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