El hombre de 50 años (en 2014) decidió desafiar su salud sometiéndose a una prueba. Esta consistía en beber 10 latas de Coca-Cola (el tipo clásico) al día durante un mes. Hay que aclarar que antes del experimento, Prior gozaba de buena salud y seguía la dieta paleo que consiste en el consumo de carne magra, pescado y verduras. "Insto a las personas a que monitoreen la cantidad de azúcar en su dieta. Deben ser conscientes de los efectos reales perjudiciales del azúcar para la salud", dijo en uno de sus vídeos.
Entre los efectos que sufrió el mismo Prior se registraron un aumento de grasa corporal, subida de peso en más de 10 kilógramos, desarreglos de sueño, presión arterial disparada y un incremento peligroso de los niveles de insulina. No obstante, lo que parece ser lo más preocupante es que tras terminar el experimento, Prior se dio cuenta de haberse vuelto adicto a Coca-Cola. Así, una vez acabada la prueba, el hombre manifestó que su proyecto buscaba educar a la gente, y sobre todo a los padres, sobre los daños —a veces irreversibles— que puede producir el exceso del consumo de refrescos azucarados. "Los niños no deben beber Coca Cola. Pero tampoco deben beber los zumos. Son todos azucarados y es malo para ellos", concluyó Prior.
Sputnik
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