Hazard manifiesta con sinceridad que ha vivido «la peor temporada» de su vida, culpa de las dos fisuras que cortaron su trayectoria a lo largo del curso, y ahora está empeñado en rendir en Mánchester y ser decisivo en un encuentro que puede cambiar el rumbo de esas palabras expuestas antes.
El belga habló con Zidane, no jugó en Leganés la última jornada y comenzó una puesta a punto que continuó en la semana de vacaciones. Comenzó un programa físico que potenciará hasta el 5 de agosto, en busca de obtener ese estado del cien por cien que está cerca de alcanzar. Serán veinte días de trabajo específico. «Eden», como le llama el vestuario, desea ser importante para el grupo, lo ha dicho y la final del Etihad es uno de esos momentos que marcan a un futbolista.
Es una estrella, uno de los mejores jugadores del mundo, ha costado ciento cinco millones y quiere ser el hombre fundamental del partido. Desea dirigir el fútbol ofensivo del Real Madrid en Manchester. Intentar la gesta con su dominio del balón, su regate y su gestión del ataque arrancando con el balón pegado al pie y buscando pases y paredes en diagonal, hacia el centro del área rival.
Zidane piensa que si Hazard se encuentra bien es un hombre esencial para esa cita. Ha trabajado muy bien y ha sido tratado por los fisioterapeutas para que su pierna esté perfecta y no tenga problemas ante el objetivo de enfrentarse al Manchester City.
Solo ha podido ser titular en cinco de las once jornadas de la segunda fase de la Liga. Zizou no forzó con él. Tenía a Vinicius, Asensio y Rodrygo como extremos. El técnico decidió que Eden se cuidara. La buena noticia para el club es que el belga se ha entrenado al mismo ritmo que sus compañeros tras unas vacaciones en las que se ejercitó diariamente junto a un fisioterapeuta de la casa.
Inglaterra le motiva
Su reto es ser titular en Inglaterra. Zidane lo desea, el club quiere y el futbolista se ha tomado esa cita como una diana de su desafortunada temporada. Llegará al enfrentamiento decisivo con la pierna en muy buen estado, sin sobrecargas, pues el trabajo fisioterapéútico diario ha sido óptimo, y Zidane anhela ver en Mánchester al Hazard que reapareció ante el Eibar.
La operación de su última fisura se llevó a cabo en Dallas el 5 de marzo. Desde entonces ha jugado y ha soportado recaídas. Lo más importante es la labor psicológica, que el futbolista no tenga miedo a recaer.
Este curso únicamente ha jugado 21 partidos y ha marcado un gol, aunque ha participado en otros doce. Su meta es hacerlo muy bien en Mánchester, en Inglaterra, en la tierra donde ha brillado en el Chelsea durante toda esta década. Le motiva lucirse allí y dar un golpe deportivo que encantaría a los seguidores del Chelsea.
Después de ganar la Liga, la confianza interna de la plantilla madridista es absoluta y el propio equipo apoya a Hazard para que sienta esa moral y esté tranquilo, porque son campeones de Liga. El mensaje privado de la plantilla es: hemos hecho los deberes con un título importante y ahora intentaremos ponerle la guinda.
Los líderes del vestuario madridista le transmiten esa serenidad para que no se obsesione con la responsabilidad. Es veterano y sabrá asumir estas variantes.
abc
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