Turquía reiteró que los altos cargos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) deben mostrar una postura clara de no otorgar concesiones a la organización terrorista FETO.
El 18 de julio finalizan el periodo de funciones del secretario general de la OCDE, el suizo Thomas Greminger; el representante de la OCDE para la Libertad de los Medios de Comunicación, el francés Harlem Desir; la directora de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR) de la OCDE, la islandesa Ingibjorg Solrun Gisladottir, y el alto comisionado de la OCDE para las Minorías Nacionales, el embajador italiano Lamberto Zannier.
No obstante, los 57 miembros de la organización internacional no han conseguido ponerse de acuerdo a la hora de extender los términos de estos cargos por diversas razones.
En este sentido, fuentes diplomáticas turcas aseguran que el enfoque y las expectativas de Turquía en el proceso de extensión de los términos de estos cuatro altos cargos son constructivas, aceptables y se basan en las reglas y normas de la propia OCDE.
Sin embargo, las fuentes expresan su malestar por la permisividad en la participación de individuos y grupos con vínculos orgánicos con FETO, especialmente durante las sesiones abiertas a las ONG en algunas de las reuniones de los diversos órganos de la OCDE.
Las fuentes apuntan a la inaceptabilidad de esta práctica y recuerdan que las reglas y normas que rigen el procedimiento interno de la OCDE prohíben la participación en estas sesiones de cualquier individuo o grupo que haya participado en actos de violencia o los apoye.
Entre los responsables de la implementación y aplicación de estas reglas y normas se encuentra la ODIHR. Es por esto que Turquía, entre otros miembros, se opone a la extensión del término de Gisladottir por su pasividad e inacción ante el abuso de estos individuos y grupos en la OCDE.
Estas fuentes diplomáticas señalan la importancia que Turquía da a la presencia de los representantes de las diversas ONG en la OCDE y al diálogo de ésta con la sociedad civil.
No obstante, la inacción de la OCDE ante las exigencias justas de Turquía para prohibir la participación de los individuos y grupos con vínculos al terrorismo en las reuniones de la organización internacional ha obligado a tomar esta decisión en contra de la extensión del término de Gisladottir, según las fuentes diplomáticas.
Así mismo, las fuentes subrayan la importancia de respetar las reglas y normas de la OCDE para preservar la continuidad de la confianza y el diálogo entre los miembros de la organización.
Turquía mantendrá su apoyo a la OCDE en base a las principales obligaciones y principios de la organización, según hicieron hincapié las fuentes.
anadolu
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