Durante los hechos otras dos personas ajenas al niño también fueron baleadas levemente. Las autoridades recuperaron 42 casquillos en la escena y el tirador aún no ha sido identificado.
Javonni fue sometido a una cirugía para extraerle las balas y repararle el fémur y actualmente se recupera en casa. La madre, Keyona Carson, señala que su hijo aún tiene dificultad para moverse, un problema que le preocupa dadas sus aspiraciones de ser futbolista.
Keyona espera que el niño comience sesiones de fisioterapia dentro de dos semanas; el menor deberá además someterse también a psicoterapia debido al daño emocional. "Él y sus hermanos tienen que recibir asesoramiento. [Javonni] tiene miedo; 42 proyectiles es mucho para que cualquier niño tenga que ser testigo", dijo.
El pasado 4 de julio, en esa misma ciudad, una niña de ocho años murió tras recibir un disparo mientras se encontraba con su madre y otro adulto en un coche cerca del memorial erigido a Rayshard Brooks, que murió a manos del ya expolicía Garrett Rolfe en junio. Este hecho llevó a la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, a pedir a sus conciudadanos que "dejen de dispararse".
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