El presidente de Serbia acusa a los manifestantes de expandir el virus

  11 Julio 2020    Leído: 488
El presidente de Serbia acusa a los manifestantes de expandir el virus

La llamada a poner fin a las protestas va acompañada por el reconocimiento de que el Gobierno «va a deliberar sobre la aplicación del toque de queda».

El presidente de Serbia, Aleksander Vučić, ha llamado a los manifestantes que desde el lunes protagonizan disturbios nocturnos en Belgrado a cesar en sus protestas para limitar la expansión del virus. En las manifestaciones, que acaban en quema de vehículos, destrozos de mobiliario público y enfrentamientos violentos con la policía, no se utilizan mascarillas ni se respeta la distancia de seguridad, por lo que según Vučić se convierten en un potencial foco de infección. La llamada a poner fin a las protestas va acompañada por el reconocimiento de que el Gobierno «va a deliberar sobre la aplicación del toque de queda», un primer indicio de que Vucic podría desdecirse y dar un giro a su gestión de la pandemia para satisfacer a los manifestantes.

Las protestas comenzaron el lunes, cuando el Gobierno de Belgrado anunció un toque de queda que debía haber entrado en vigor mañana viernes, hasta el lunes, y que ahora ha quedado en suspenso. Como reacción a este anuncio, Belgrado fue escenario de serios disturbios esa misma noche, con hasta 60 personas heridas. La violencia volvió a repetirse anoche en reiterados choques violentos entre manifestantes y policía, que disolvió las concentraciones con gases lacrimógenos para evitar la destrucción de comercios, contenedores de basura y paradas de autobús. En medio del caos, los manifestantes gritan consignas contra el presidente, como «¡muerte a Vučić!», y otras proclamas referentes a la insumisión ante las restricciones que intenta imponer el gobierno para luchar contra el coronavirus.

Mala gestión de la crisis sanitaria
«Hay algo más en esas protestas», sugieren fuentes diplomáticas serbias, «no es razonable el rechazo a medidas que, en plena pandemia y por incómodas o difíciles que resulten, están destinadas a salvar vidas. Se trata más bien de un movimiento que quiere aprovechar la situación para tumbar un Gobierno y poner otro». «La población percibe un fracaso en la gestión de la crisis sanitaria, se preocupa por el ascenso de las infecciones, que han llegado a 300 en un solo día, y reniega de un Gobierno en el que solo ve incapacidad para dirigir el país en esta coyuntura de crisis», analiza el politólogo serbio Vuk Vuksanovic, asociado al centro de estudios internacionales LSE-Ideas de la London School of Economics y que apunta a fuerzas nacionalistas. «Yo no soy nacionalista, yo sencillamente no me voy a dejar encerrar otra vez por un Gobierno que, en lugar de hacer su trabajo, recurre a medidas totalitarias que no son de recibo en un país democrático», dice uno de los manifestantes, Jenik, estudiante de Medicina y que no cree que las protestas vayan a terminar todavía y que está convencido de que el gobierno de Vučić está ocultando las verdaderas cifras de muertos.

La reconocida red de investigación BIRN (Balkan Investigative Reporting Network), que recuenta el número real de personas infectadas y muertas por el coronavirus, ha sugerido un posible encubrimiento de información. A la prensa se ha filtrados un documento llamado «Informe para el Gobierno», un extracto de la base de datos estatal sobre Covid-19, en el que se puede leer que 632 personas habrían muerto con o por el virus hasta principios de junio, un periodo para el que el gabinete de crisis informó sobre 244 casos. «Nunca he visto la base de datos sobre Covid-19», denuncia el epidemiólogo Branislav Tiodorovic, miembro del gabinete de crisis estatal. Su función es «asesorar» y «no es posible hacerlo sin conocer una base de datos con las cifras. Verdaderas». La epidemióloga Darija Kisic Tepavcevic, quien pertenece al gabinete de crisis, ha tratado de explicar las diferentes fechas y cifras, señalando que se debe prestar atención a los pacientes que fallecieron con el virus, y a otros que lo hicieron debido al virus, pero esto no solo no explica los diferentes datos sobre nuevas infecciones, sino que además contradice la información proporcionada por el presidente Vučić. Y además está el descontento generalizado por una gestión autoritaria y errática. Sin aprobación parlamentaria, impuso en marzo el estado de emergencia y el toque de queda más estricto de Europa.

El derbi de Belgrado con público
Personalmente informó cada día ante las cámaras de televisión sobre la evolución de la pandemia y entregó los respiradores por todos los rincones de Serbia. El presidente dio a entender en mayo que la situación estaba bajo control, pero hace dos semanas se difundió la noticia en todo el mundo de que el derbi de Belgrado entre el Partizan y el Estrella Roja se jugó ante gradas repletas de seguidores y los expertos critican que no suspendiese o retrasase las elecciones del pasado 21 de junio. Mihailo Tesic cree conocer la razón de aquella repentina relajación que después ha dado lugar a rebrotes. «Vucic no quería posponer las elecciones por nada del mundo quería que tuviesen lugar lo antes posible» acusa Lekja, «si ahora nos manifestamos es porque la primera vez teníamos tanto miedo que dejamos hacer, pero ahora vamos a por todas y esta no será la última medida de Vučić que tiremos al suelo».

abc


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