Turquía y la Organización Mundial de la Salud (OMS) firmaron el jueves un acuerdo para abrir una oficina de la OMS en Estambul, con el fin de atender emergencias humanitarias y de salud.

Una vez abierta, la oficina de la agencia de la ONU guiará los esfuerzos para satisfacer las necesidades ante el brote del coronavirus, señaló el ministro de Salud turco, Fahrettin Koca, en una rueda de prensa junto al director regional de la OMS para Europa, Hans Henri Kluge.

"Esperamos que la OMS se convierta en una estructura más proactiva en la nueva era, especialmente en emergencias", enfatizó Koca.

El funcionario turco instó a un "período de consulta global, en el que la OMS sea reevaluada con sus verdades, errores, éxitos y fracasos".

Por su parte, Kluge señaló que la oficina en la ciudad más grande de Turquía ayudaría a servir a Europa.

"Turquía es mi primer viaje oficial desde el inicio de la disminución en las medidas de restricción de movimiento contra la COVID-19", indicó Kluge.

"La nación turca mostró espíritu humanitario al proporcionar pruebas, tratamiento y atención de COVID-19 para todos, incluidos los refugiados y migrantes", dijo, y agregó que el Estado turco ejemplificó la unidad global al compartir equipos de protección con más de 130 países y cinco organizaciones internacionales.

Historia exitosa

Sobre el éxito de Turquía en la lucha contra la COVID-19, Kluge atribuyó esto a factores como el liderazgo político, la implementación y la velocidad.

“Turquía fue rápida. Vimos que la velocidad con la cual el país respondió, diferente a la de los países europeos, marcó una gran diferencia”, agregó.

Los datos desde abril muestran que Turquía está "aplanando la curva" en su batalla contra la COVID-19, reduciendo el número de casos y las muertes en más de un 75%, resaltó Kluge.

El funcionario también destacó la importancia de la preparación para emergencias, el desarrollo de pruebas de diagnóstico locales y el fortalecimiento en el rastreo, seguimiento y aislamiento de nuevos casos.

Kluge también elogió el éxito del país en la lucha contra la pandemia en lo relacionado al bajo número de muertes entre los ancianos.

"También debemos estar preparados para abordar los altos riesgos, especialmente (entre los) ancianos, en otoño, cuando llega la temporada de influenza. Para mantener el éxito de Turquía hasta ahora con una baja mortalidad por COVID-19 entre los ancianos, necesitaremos intervenciones específicas, como vacunas contra la gripe, prevención y control de infecciones", resaltó.

Las autoridades, los socios, las comunidades, la academia, el Gobierno y toda la sociedad han contribuido al éxito de Turquía en defenderse ante los "picos iniciales", dijo Kluge.

anadolu

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