España se sitúa al margen de Francia y Reino Unido en su compromiso con Huawei en el futuro de las redes 5G

  08 Julio 2020    Leído: 1119
España se sitúa al margen de Francia y Reino Unido en su compromiso con Huawei en el futuro de las redes 5G

La marca china, uno de los líderes de esta revolucionaria tecnología, está en el centro de las acusaciones de inseguridad y ciberespionaje por Estados Unidos, aunque no existen evidencias.

Luz verde en Reino Unido y Francia para recortar la presencia de Huawei en el despliegue de la tecnología 5G, las redes móviles de quinta generación que prometen notables avances en industria y ocio digital. Una medida que puede marcar el camino de Europa. España, sin embargo, se encuentra en una situación comprometida en sus relaciones internacionales al seguir fiando su futuro al gigante asiático. Una marca que pese a las constantes acusaciones de espionaje no existen evidencias de «puertas traseras» con el gobierno chino.

Sospeechas de ciberespionaje
Desde el pasado año la Administración Trump ha señalado a Huawei como un riesgo a la seguridad nacional. La postura de países como España ha tensionado las relaciones comerciales con el gobierno estadounidense, que ha recomendado excluir al fabricante. Unas acusaciones de las que hasta ahora no existen evidencias y que la propia marca ha negado de manera insistente en los últimos años. En declaraciones a ABC , fuentes de Huawei aseguran que España contará con un papel importante en el despliegue de la tecnología 5G y que no se han producido cambios en sus inversiones en el país como consecuencia del conflicto comercial. «Tenemos la voluntad de seguir con la digitalización en España», insisten las mismas fuentes.

De momento, el único operador en ofrecer estos servicios es Vodafone, que está presente en 24 ciudades con cobertura 5G. Este año está previsto la subasta de la banda de 700 MHz que hay que liberar antes del 31 de octubre para que éstas puedan ser utilizadas para el despliegue de servicios de 5G. La pandemia de coronavirus Covid-19 ha congelado, sin embargo, las nuevas licitaciones.

El ministerio de Defensa llegó a desaconsejar a sus funcionarios utilizar el equipamiento de la marca china con sede en Shenzhen, aunque los servicios de inteligencia no han hallado problemas de seguridad. Sin embargo, en una reciente resolución, el Centro Criptológico Nacional (CCN), que depende del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ha avalado la seguridad de la tecnología 5G de la marca china. España se ha convertido en el primer país en otorgarle a Huawei el certificado de seguridad CCEAL4+, uno de las más exigentes, señaló en un comunicado.

En un primer momento, el gobierno británico chocó frontalmente con Estados Unidos en su apoyo al fabricante asiático, pero esta semana se ha producido un cambio drástico en las relaciones geopolíticas. Boris Johnson, primer ministro británico, anunciará que excluye al fabricante del despliegue de la tecnología 5G en el país en las instituciones públicas.

Un reciente informe del Centro Nacional de Seguridad Cibernética británico ha recomendado que Huawei no tenga una participación por encima del 35% del mercado. Francia, por su parte, planea restringir a la marca asiática, que ha ganado posiciones por sus equipamientos de bajo coste, para evitar poner en riesgo la soberanía nacional. Varios informes han apuntado, aunque sin ofrecer pruebas, que Huawei es un instrumento de espionaje al servicio del gobierno chino.

Búsqueda de nuevos proveedores
De momento, las instituciones continúan empleando la tecnología de Huawei, al igual que otra china como ZTE o las europeas Ericsson y Nokia, a falta de concretarse una posición común a nivel europeo. De las empresas de telecomunicaciones que operan en España, tan solo Telefónica ha decidido reducir su dependencia de Huawei para darle mayor relevancia a otros proveedores de tecnología.

La «teleco» española adjudicó el pasado año el núcleo central de la red 5G a Huawei, pero cuando se realizó la adjudicación avanzó que buscaría un segundo proveedor diferente para no depender exclusivamente de uno solo, ni siquiera en las funciones centrales del sistema.

En cuanto al despliegue y número de antenas, fuentes de Telefónica han asegurado a ABC que «está técnicamente lista» para el despliegue tan pronto como la tecnología, el espectro y los dispositivos estén disponibles y el ecosistema 5G maduro. Por su parte, Vodafone anunció en febrero que tiene planes de excluir a Huawei en su red principal de 5G en un plazo de cinco años y retirar su inversión en equipamiento para el 4G tras invertir 200 millones de euros.

Ericsson, una esperanza europea
En plena lucha por la supremacía tecnológica, Ericsson, veterana firma sueca, es una de las grandes esperanzas para limitar esa dependencia de Huawei en el futuro de las telecomunicaciones. «Somos un vendedor de confianza, que es elemento fundamental en ciberseguridad», explica a ABC Iván Rejón, portavoz de Ericsson, que confirma que la compañía ha ganado «cuota de mercado» coincidiendo con el conflicto comercial de Huawei.

El gran problema en estos momentos es que no existen muchas alternativas a las que aferrarse. Según estimaciones de la consultora Enders Analysis, retirar el equipamiento invertido de Huawei puede costar a la industria de las telecomunicaciones más de 2.000 millones de libras y provocar la ralentización del despliegue de esta tecnología en Reino unido. España, hasta el momento, cuenta con más de una treintena de antenas 5G desplegadas en el territorio nacional y uno de los países punteros en su despliegue.

Uno de los grandes temores es el posible impacto en la hoja de ruta del despliegue de las redes 5G. En una entrevista publicada en «Frankfurter Allgemein» en enero, el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, señaló que en caso de prohibirse la tecnología de Huawei, la tecnología 5G se retrasaría entre 5 o 10 años. Pero otras marcas como ZTE y Ericsson aseguran a ABC que pueden asumir el desarrollo de la parte que hipotéticamente podría dejar el fabricante chino. «Estamos preparados preparados para acometer cualquier proceso. Es falso que porque se prohíba, según criterios de ciberseguridad, se retrase el despliegue del 5G», insiste.


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