Le gusta vivir al filo de la navaja. Confía tanto en sí mismo que se pone a prueba siempre. Sergio Ramos decidió los seis puntos frente al Athletic y el Getafe con dos penaltis. Jugársela es duro, demuestra personalidad. La Liga depende de ti. Hay que ser valiente. Esa palabra casa con el capitán del Real Madrid. Suma veinte penas máximas consecutivas con acierto, veintidós si añadimos tandas. El sevillano tiene tres secretos para acertar y aceptar este reto. Zidane confía en su seguridad.
Suma cinco tantos en estos siete partidos. El primer factor para acertar es que disfruta ante la ruleta rusa de la pena máxima. Le gusta. La segunda clase es que ensaya cada día y varía su disparo. La tercera es que le encanta la responsabilidad. Ramos ensaya periódicamente disparos por ambos flancos, con y sin «paradinha», busca las escuadras. Mejora cada estilo de tiro, pues la responsabilidad la asume sin problema. Lo que quiere es diversificarse para no ser cazado por los técnicos y porteros rivales que observan en vídeo sus lanzamientos.
«Me encantaría tirar un penalti fundamental cada día», admite. Le gustaría vivir ese momento tan grave, del que muchos se esconden, muchas más veces. Debe tener el corazón como el cemento que sujeta el nuevo Bernabéu, porque la descarga de adrenalina al lanzar una pena máxima determinante podría encender la luz del estadio que ahora se remodela.
En San Mamés, el capitán del Real Madrid decidió otro partido, camino del título, desde los once metros. También sentenció desde esa distancia frente al Getafe. Seis puntos asumidos desde la responsabilidad de tener un acierto o un fallo, estudiado por todos los porteros al detalle con los vídeos.
«Cuando hay incertidumbre, cuando hay mucha tensión, es cuando me siento más cómodo, por lo que soy el hombre idóneo para ello», advierte el sevillano para descifrar su serenidad a la hora de ejecutar una acción que puede decidir una Liga. «Me gusta tirar penaltis y lanzaría muchos más». Tiene un secreto para acertar: «Pienso que los tres puntos dependen de mí». El central anotó su vigésimo «penal» consecutivo. «Lo trabaja diariamente», insiste Zidane.
Autocrítica y menos quejas
El estandarte del Real Madrid respondió ante las críticas arbitrales: «Yo he pisado un poquito, de espaldas, involuntariamente y sin balón, a Raúl García, no fue nada». Y atacó con un penalti virtual: Nosotros no vamos a ganar la Liga por los árbitros, sino por el rendimiento del equipo. Lo que deben hacer otros equipos que cometen errores es hacer autocrítica».
El andaluz se siente más cómodo es en los momentos peligrosos. Sergio Ramos, cuando la tensión le hace disfrutar. La última vez que erró fue el pasado 9 de mayo de 2018, cuando mandó el disparo de penalti al travesaño en su antigua casa, el Sánchez Pizjuán. Desde entonces suma veinte aciertos, el primero en aquel mismo encuentro.
abc
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