Venezuela ya tiene fecha para celebrar sus próximas elecciones parlamentarias: el próximo 6 de diciembre. La nueva rectora del Consejo Nacional Electoral (CNE), Indira Alfonzo, -designada arbitrariamente en junio por el Supremo venezolano- anunció el cronograma electoral acompañado de cambios en la composición de la Asamblea Nacional que, a parte de inconstitucionales, persiguen el objetivo de dispersar el voto opositor yarrebatarle la mayoría parlamentaria que encabeza desde hace dos años Juan Guaidó.
Alfonzo anunció sorpresivamente el incremento de escaños de la Asamblea Nacional que pasará de 167 diputados a 277 para el periodo legislativo (2021-2026), un aumento del 66% del número de parlamentarios y el mayor registrado en la historia del país. Antes de que Hugo Chávez llegara al poder en 1999 y extinguiera las dos Cámaras, el Congreso y el Senado sumaban en total 260 legisladores.
El régimen de Nicolás Maduro ha dado otra estocada a la democracia, violando el artículo 186 de la Constitución que habla de una base poblacional de 1,1% y resuelve 167 diputados para el territorio nacional que tiene una población cercana a los 32 millones de habitantes. «El aumento del número de diputados no tiene ningún fundamento estadístico demográfico. Si se hace el cálculo con la población actual no da esa cantidad de diputados», asegura a ABC, Luis Salamanca, rector del CNE entre 2006 y 2009, que desmonta la versión de Alfonzo que basa los cambios en conseguir mayor proporcionalidad del Parlamento, con el aumento de la representación de los partidos minoritarias para equilibrar las fuerzas políticas.
El partido hegemónico
La propuesta, que responde a intereses políticos, fue hecha por la llamada Mesa de Diálogo Nacional conformada por miembros del Gobierno y de un sector de la oposición que rompió con Guaidó, para ganar mayor representación en la Asamblea Nacional.
«Si no hay fundamento demográfico, el fundamento es político y se basa en tener más escaños para repartir entre los asociados del Gobierno. Este análisis no se puede desvincular del sistema de partidos que está construyendo Maduro donde hay un partido hegemónico, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que es el partido del Estado y, alrededor, partidos satélites sin mayor representación política como el de los opositores Henry Falcón, Claudio Fermín, Timoteo Zambrano y como el de Javier Bertucci que no significan nada en la política venezolana», explica Salamanca al tiempo que recuerda que los partidos opositores que podían derrotar a Maduro fueron eliminados uno a uno desde 2018, despojados de sus símbolos y nombres por el brazo jurídico de Maduro para entregárselos a otros dirigentes comprados por el chavismo. «El régimen quiere confundir a los electores», concluye.
Al ser preguntado sobre si la oposición debería participar en las elecciones legislativas, el exrector del CNE responde que «mientras se viva en un régimen autoritario hay que bailar al son de la dictadura» y que participaría «para generar unas crisis política en la que Guaidó sabe que va a ganar y ellos (refiriéndose al Gobierno) van a intentar hacer fraude».
Esta opinión también la suscribe Andrés Caleca, director del CNE en 1999, que asegura que «es un error que frente a todo este atropello del Consejo Electoral la decisión de la oposición sea no acudir a las elecciones y prolongar por tiempo indefinido el periodo legislativo de Guaidó. La decisión debe ser organizar a los partidos opositores. También es un error dejar a la comunidad internacional que resuelva el problema de Venezuela (...) ella solo podría acompañarnos, pero no lucharán por nosotros».
Nueva fórmula
Indira Alfonzo, rectora principal, exmagistrada del TSJ y sancionada en 2018 por el Gobierno de Canadá, confirmó que 86 partidos políticos participarán en los comicios y que la nueva fórmula para elegir los cargos será de 52% a través de la representación proporcional (lista) y 48% por voto personalizado (nominal). Antes del anuncio, el sistema de votación era de 70% nominal y 30% lista, un modelo no equilibrado, porque según el CNE, «un partido ganaba más escaños de lo que les correspondía cuando conseguía ganar por un voto».
Frente a esto, Guaidó dijo que las elecciones carecen de transparencia y ha desestimado el evento programado y, por el contrario, ha dicho que el último periodo legislativo se extenderá hasta que las condiciones estén garantizadas. «Los venezolanos no reconocemos una farsa, como no lo hicimos en mayo de 2018», dijo el líder opositor.
abc
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