Crímenes de guerra y contra la humanidad, asesinatos, desapariciones forzadas, persecuciones y torturas. Estas son las acusaciones que hizo el pasado miércoles la fiscalía del Tribunal Especial para Kosovo, en La Haya, contra el Presidente de la República de Kosovo, Hashim Thaçi, de 52 años, y otros 9 ex miembros del UÇK (Ejército de Liberación de Kosovo), entre ellos el líder del Partido Democrático de Kosovo, Kadri Veseli, expresidente del parlamento, por hechos que sucedieron durante el conflicto con Serbia entre 1998 y 2000. «Son responsables de 100 homicidios de opositores políticos, albaneses, serbios y romaníes», explica el comunicado del Tribunal de La Haya. Los cargos ahora serán analizados por un juez de las salas de justicia especializadas en Kosovo, quien tendrá que decidir si los confirma y abre el proceso. El hoy presidente Thaçi fue miembro del UÇK desde 1993, encargado de garantizar los medios financieros y armamentos.

La noticia de las gravísimas acusaciones llega en el momento de la reanudación del diálogo entre Kosovo y Serbia. El presidente kosovar tenía previsto entrevistarse en este sábado con su homólogo serbio, Aleksandar Vucic, en Washington, con el beneplácito del presidente Donald Trump. Pero después de enterarse de una acusación tan infamante, Thaçi canceló su viaje a Estados Unidos. Primer ministro por tres períodos, Thaçi es presidente desde 2016 de la República de Kosovo, que se autoproclamó independiente de Serbia en 2008 y que el gobierno de Belgrado sigue sin reconocer. No habrá, por tanto, pax americana en Kosovo, una de las regiones más inestables del continente donde no ha desaparecido el nacionalismo étnico.

abc

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